El abogado de Zubkov expresó ante el tribunal que el incidente era una cuestión de familia, personal y delicada, y que su cliente estaba tremendamente arrepentido. A través de un intérprete, el imputado se comprometió a no volver a repetir conductas similares en lo que resta del campeonato -concluye el domingo-, según informaron algunos medios locales y el tribunal, en declaraciones recogidas por la agencia Reuters.

Con esas palabras intentaba invalidar la orden de alejamiento que pesaba sobre Mijail. Por su parte, la policía intentó extender el alejamiento a la prohibición de contactar con su hija, sin embargo, el magistrado rechazó todas las medidas después de que la nadadora se negara a testificar ante la autoridad.

Los Zubkov abandonaron juntos, y de la mano, el tribunal. Kateryna declaró a medios locales que el incidente se había debido a su negativa a «dejar de ver a un novio», en contra de los deseos de su padre. «El suceso también fue mi responsabilidad. Le desobedecí y él se enfadó», señaló la joven deportista, cuyas manifestaciones fueron en la dirección de justificar la agresión de Mijail.

Kateryna añadió: «Mi padre nunca me haría daño. Es un padre maravilloso. Me quiere mucho, se preocupa por mí. Sólo quiero que vuelva a mi lado, para que podamos hablar y estar unidos el resto del tiempo en Australia. Es simplemente un problema entre un padre y una hija que no tiene nada que ver con mi entrenamiento o con el Mundial de natación».