Viernes, 30 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6312.
ESPAÑA
 
JUICIO POR UNA MASACRE / Las reacciones
Rajoy aconseja a Díaz de Mera que colabore con la Justicia aunque 'entiende su dilema'
Mayor Oreja califica de «buitres carroñeros» a los eurodiputados del PSOE que han pedido que el ex director de la Policía entregue su acta
CARMEN REMIREZ DE GANUZA

MADRID.- El PP hizo ayer uno de los ejercicios dialécticos más complicados en política al condenar y defender a la vez al ex director general de la Policía del Gobierno de Aznar, Agustín Díaz de Mera, quien se negó a colaborar con el Tribunal del 11-M para proteger, según alegó, a sus fuentes.

De Mera apeló a la «moralidad» y a su «conciencia» para no aportar a los jueces la identidad del policía que le alertó de la existencia -negada por el actual Gobierno socialista- de un informe sobre los indicios de la autoría de la masacre que habrían aconsejado investigar la pista etarra.

El más tajante en la condena fue el propio presidente del partido, quien dio el aldabonazo desde Elche (Alicante) al declarar que De Mera, «como cualquier ciudadano, tiene que atender los requerimientos de un tribunal». «Todos los ciudadanos deben colaborar con la Justicia y luego acatar las resoluciones de los jueces, porque ésa es la regla básica de la democracia», añadió Rajoy, según informa Héctor Fernández.

Pero Rajoy fue tan tajante como comprensivo. Lejos de presionar al antiguo alto cargo del Gobierno popular y actual eurodiputado, dejó la puerta de su partido abierta, por una rendija, a la disculpa del antiguo responsable policial. Así, antes de volver a reiterar el deber que obliga a De Mera, el líder del PP matizó que entendía su «dilema moral», porque, «si él ha recibido una información de una persona, lógicamente si se conoce el nombre de esa persona, puede verse muy perjudicada».

La rendija de la disculpa se hizo más grande cuando habló Angel Acebes, quien, tras definir al hombre que trabajó a sus órdenes en Interior de persona «honorable» e «íntegra» y asegurar que éste declaró al tribunal del 11-M «todo lo que conocía», trasladó a terceros el deber de colaborar con los jueces.

El número dos del PP señaló, en concreto, al ex comisario general de Información, Telesforo Rubio, como el destinatario del informe presuntamente desaparecido, al que hacía referencia De Mera, y exhortó a que declaren él y «todo aquél que pueda contribuir al esclarecimiento de los hechos». «Todo el mundo tiene que colaborar en que se sepa toda la verdad», insistió Acebes desde Sevilla.

«Buitres carroñeros»

Pero, por si alguien había creído que el PP iba a ponerse duro con De Mera por obra de Rajoy, su portavoz en la Eurocámara, Jaime Mayor Oreja se encargó de que la puerta a la comprensión hacia el eurodiputado popular se abriera de par en par. Lo que Mayor propició en Bruselas fue un auténtico cierre de filas en su defensa; algo en lo que, sin duda, colaboró la eurodiputada socialista Elena Valenciano con su exigencia de que De Mera hiciera renuncia de su acta.

Mayor calificó a los eurodiputados socialistas de «buitres carroñeros», por aprovecharse de la «difícil posición» del ex director de la Policía y expresó a éste «todo el apoyo» y «toda la solidaridad» del Grupo Popular en el Parlamento Europeo.

En una línea semejante se manifestó el diputado popular Vicente Martínez Pujalte, quien no sólo sentenció que De Mera tiene toda la credibilidad para el Grupo Popular», sino que vino a justificar su decisión de no revelar su fuente al tribunal.

«En una situación de sectarismo semejante en el Ministerio del Interior, es comprensible que los valores y principios que tiene el señor Díaz de Mera le lleven a no decir el nombre», afirmó Pujalte. «Ha tomado la decisión en un contexto donde hay caza de brujas contra los que no piensan como ellos», añadió.

Cuando ya el discurso popular comenzaba a desmentir la tesis principal de la Presidencia del partido -esto es, que De Mera debió dar al tribunal el nombre del policía que le informó-, vino Eduardo Zaplana a puntualizar: «Lo que dice el presidente de mi partido es lo lógico y lo sensato, pero es perfectamente compatible con saber, porque él lo ha explicado, la situación de dificultad por la que está pasando [Díaz de Mera]». «Desde luego, no quiero que le falte el respaldo de mi persona», afirmó el portavoz en el Congreso, quien se unió al tercero de los portavoces parlamentarios del PP, Pío García-Escudero, en la reacción más benévola.

«Conozco a Agustín Díaz de Mera desde hace mucho tiempo y es una persona de principios muy profundos y que tiene criterio, por lo que si no reveló sus fuentes me imagino que tiene motivos para hacerlo», dijo en Oviedo el responsable del Grupo Popular en el Senado.

Sea como sea, la confianza en De Mera fue mayor que el escepticismo entre las filas del PP.

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