Una decena de viajeros acusaron ayer de «saboteadores» e increparon verbalmente a tres conductores en la Línea 3 de Metro, después de haber sido desalojados de los trenes por una incidencia en la estación de Legazpi, a las 8:30 horas, según informó el representante de CCOO en el suburbano, Ignacio Rivas. Según explicó, una avería obligó a retirar un convoy a la cabecera de la Línea 3, en la estación de Legazpi, lo que obligó a los equipos de seguridad a desalojar los vagones y a que los usuarios tuvieran que trasladarse a otro tren. «Como consecuencia de este hecho, los viajeros, que están hartos, empezaron a insultar a los conductores que se encontraban en la garita y éstos, a su vez, se defendieron y les respondieron verbalmente, por lo que se formó una gran discusión», agregó.
Rivas aseguró que en ningún momento hubo agresiones físicas, pero subrayó que estos enfrentamientos, que no eran normales hace unos meses, sí lo son ahora. «Es un claro ejemplo de lo quemados que están tanto los viajeros como los conductores», dijo. «Los viajeros están hartos de que les desalojen, les muevan, estén mal informados y sufran averías», puntualizó el representante sindical.
Asimismo, destacó que el colectivo de conductores de Metro no siente miedo, pero tampoco está a gusto en su puesto de trabajo. Está inquieto, intranquilo y «sobre todo el personal de atención al público, que recibe las quejas de los usuarios, y el de los talleres centrales de mantenimiento, que están controlados por cámaras en todo momento y se sienten acosados», según informa la agencia Europa Press.
Por otro lado, Rivas informó de otra trifulca ocurrida el martes, día 26 de marzo, en la estación Núñez de Balboa, cuando un viajero increpó al jefe de un vestíbulo porque una escalera estaba parada.
Por su parte, Metro de Madrid negó las agresiones e insultos entre conductores y viajeros, pero confirmó que en torno a las 8.30 horas de ayer en la estación de Legazpi se ha acumulado gran cantidad de gente «debido a que había que cerrar un tren por necesidades habituales del servicio propias de una cabecera de línea». Fuentes de la empresa Metro negaron que hubiese habido incidentes contra los trabajadores aunque reconoce que sí hubo retrasos «superiores a los normales por un cambio de tren».
Mientras, el portavoz socialista de Transportes e Infraestructuras, el diputado José Quintana, achacó los supuestos enfrentamientos producidos en la estación de Legazpi entre usuarios y trabajadores de Metro a las «falsas acusaciones de boicot y sabotaje», utilizadas como «cortina de humo para tapar los graves problemas de Metro de Madrid, poniendo a los pies de los caballos a los trabajadores de Metro».
Mientras, el secretario de política territorial de IU, Angel Lara, dijo que los enfrentamientos «son fruto de una campaña de difamación orquestada por el PP».
El dirigente de Izquierda Unida señaló que «los vientos sembrados» por la presidenta regional, Esperanza Aguirre y la actual consejera de Transportes, Elvira Rodríguez, han dado lugar «a estas tempestades, para ocultar que los verdaderos culpables de los problemas que está teniendo Metro de Madrid se hallan en la Puerta del Sol y en la Consejería de Transportes».
Ayer se supo que el Gobierno de Madrid ha encargado a la auditora británica Lloyd's un «informe exhaustivo» que determine las causas que provocaron la caída de un motor del Metro «absolutamente nuevo y en garantía» y los motivos que hicieron que «un tren nuevo se saliese de las vías» y descarrilara.
