Viernes, 30 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6312.
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TENSION EN EL GOLFO / Teherán retrasa la anunciada liberación de la única mujer capturada / El primer ministro sostiene que la situación sólo puede resolverse «con la puesta en libertad incondicional» de los 15 militares
Blair rechaza negociar e Irán exige disculpas
FERNANDO MAS. Corresponsal

LONDRES.- En un arriesgado juego, donde las palabras se miden al milímetro y los gestos se escrutan bajo el microscopio, la crisis diplomática entre el Reino Unido e Irán se avivó ayer con un nuevo movimiento de Teherán: en contra de lo anunciado el miércoles, el Gobierno de la República Islámica decidió postergar la liberación de la soldado Faye Turney, la única mujer entre los 15 marineros detenidos en aguas del Golfo Pérsico el viernes.

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Teherán considera que la «actitud incorrecta» de Londres, al mantener que sus ocho marinos y sus siete infantes de Marina fueron capturados en aguas iraquíes y trasladadas a aguas iraníes, ha frenado la anunciada puesta en libertad de Turney.

El primer ministro británico, Tony Blair, pidió el miércoles ante el Parlamento elevar la presión internacional contra Irán para demostrar al mundo que el Gobierno de Mahmud Ahmadineyad está aislado. La ministra de Exteriores, Margaret Beckett, anunció la congelación de relaciones diplomáticas con Irán, excepto las imprescindibles para lograr la liberación de los detenidos, y mandos militares enseñaron los registros electrónicos que demostrarían que el apresamiento se produjo en aguas iraquíes.

«La solución lógica a todo este asunto es que las autoridades británicas reconozcan que han cometido un error, se disculpen y den su palabra de que no volverán a entrar en aguas iraníes», dijo ayer el comandante Alireza Afshar, miembro del Estado Mayor del Ejército de Irán.

Afshar explicó que atendiendo a las «leyes islámicas» y con criterios «humanitarios» se había tomado la determinación de soltar a la soldado Turney, a quien la televisión iraní entrevistó pidiéndo diculpas por haber entrado en aguas iraníes, y de quien se difundió una carta presuntamente dirigida a sus padres donde confiesa que violaron la frontera.

Blair afirmó ayer que era una profunda «equivocación» haber difundido esas imágenes. «Es una vergüenza utilizar a la gente de esa manera», indicó el primer ministro. Blair dejó claro que no hay negociación posible y consideró que «se trata de una situación que sólo se puede resolver con la liberación incondicional» de los militares.

«Guerra psicólogica»

Del otro lado, las tesis invariables de Afshar: «El comportamiento inapropiado de Londres ha motivado la suspensión». El mando militar añadió: «Cuando [Faye Turney] pidió disculpas y dijo que estaba arrepentida, decidimos ponerla en libertad, pero en lugar de agradecimientos, ha habido amenazas».

Afshar mantiene que «la guerra psicológica de Londres lo está complicando todo». En esta batalla incluye el Gobierno de Teherán un episodio en los alrededores de su legación diplomática en la ciudad iraquí de Basora. Irán denunció que soldados británicos les provocaron para que disparararan en los alrededores del consulado, a lo que Londres respondió que sus tropas estaban patrullando a pie por la zona «y ni siquiera sabían que el consulado estaba allí».

Una muestra más, en todo caso, de la tensión que se vive entre los dos países desde que el viernes fueran apresados los 15 soldados.

Londres pidió ayer a Naciones Unidas que emitiera una declaración de condena a la actuación de Irán, a lo que Teherán respondió por medio de Ali Lariyani, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán y máximo responsable de negociar el programa nuclear iraní: «en lugar de enviar un equipo técnico para examinar el problema, [Londres] anuncia la congelación de las relaciones y amenaza con el Consejo de Seguridad. Esto no arregla la crisis. Esto es una huida hacia adelante».

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