El físico y matemático Albert Baez, creador del microscopio de rayos X -y padre de la popular cantante folk Joan Baez-, fue un caso extraño en la investigación estadounidense tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras la tendencia general se orientaba al estudio del cosmos, las partículas elementales o el desarrollo de armamento nuclear, sus convicciones sociales y religiosas le alejaron de la denominada big science (gran ciencia) y condujeron su carrera hacia el ámbito de la educación.
Nacido en Puebla, México, en 1912, Baez llegó con sus padres a Nueva York con sólo dos años. De joven pensó en convertirse en pastor metodista, como era su padre, aunque ya se sentía atraído por la ciencia. Conoció en el instituto a Joan Bridge, quien también provenía de una familia inmigrante -de Irlanda del Norte- y muy religiosa.
Baez se licenció en Matemáticas en la Universidad de Brew, realizó un máster de esta misma disciplina en la Universidad de Siracusa y se doctoró en Física en la Universidad de Stanford. Allí comenzó a impartir clases y, en 1948, desarrolló el microscopio reflector de rayos X junto a Paul Kirkpatrick. El instrumento permitía observar con detalle las células vivas y sentó las bases de la astronomía de rayos X.
En el plano personal, Baez se casó con Joan Bridge, con quien se convirtió al cuaquerismo y tuvo tres hijas. La mediana, Joan, es conocida desde los años 60 como la figura más emblemática de la canción protesta. La pequeña, Mimi, se casó a los 17 años con el músico Richard Fariña y, usando su apellido de casada, también se dedicó a la canción. Además, fundó la asociación benéfica Bread and Roses (Pan y Rosas), dedicada a llevar espectáculos musicales a hospitales y prisiones y en la que colaboró activamente Albert Baez. Mimi Fariña murió de cáncer en 2001.
El compromiso social de sus hijas estuvo sin duda influenciado por el profundo pacifismo de Baez, quien rechazó dedicarse a programas militares durante la carrera armamentística de posguerra y, en 1951, empezó a trabajar en programas educativos para la recién creada Unesco. Este empleo le llevó a instalarse con su familia en Bagdad, donde fundó el primer departamento de Física y vivió durante un año.
Tras pasar una temporada en California, obtuvo una plaza en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), desde donde escribió un popular manual de Física. También se ocupó de los impactos de la tecnología en el medio ambiente y de la ciencia como un vehículo para escapar de la pobreza, sobre todo para el Tercer Mundo. Además, presidió la asociación Vivamos Mejor, fundada en 1988 para realizar labores benéficas en México.
«En todos los aspectos de su vida, combinó sus roles personales y profesionales como científico, ecologista, profesor y humanitario. Al hacerlo, desarrolló y reunió los valores que representan lo mejor de la humanidad», señaló su familia en un comunicado tras su muerte, que se produjo el pasado 20 de marzo en una residencia de ancianos de San Mateo, en California.
Albert Baez, científico, nació en Puebla (México) en 1912 y murió el 20 de marzo de 2007 en San Mateo (California, EEUU).