Hace unos meses presentó las líneas de actuación del Museu Picasso. Ayer, Pepe Serra, el director, concretó iniciativas y marcó el calendario: en junio se inaugurará la exposición temporal de fotografías de Lee Miller, amiga de Picasso; en diciembre se verá, por primera vez en España, la colección privada de pintura del artista malagueño; en pocas semanas se convocará el concurso para adjudicar las obras de ampliación hacia la calle Flassaders; en 2008 Velázquez y Picasso dialogarán a través de sus Meninas y a principios de 2009 se inaugurará la nueva presentación de la exposición permanente, que incluirá obras de otros artistas.
Metas hay muchas más, pero algunas son a medio y a largo plazo.De momento, Serra ha puesto a trabajar duro a su equipo para darle una nueva vida al Museu Picasso: «Entre nuestras prioridades están darle valor a la colección permanente, fomentar la participación y el espíritu crítico y hacer que el ciudadano de Barcelona vuelva al museo».
Para conseguir todo esto, tal y como avanzó hace unos meses, es necesario que el Picasso se independice del Ayuntamiento.En este sentido, Carles Martí, concejal de Cultura, aseguró ayer que «se han encargado los trabajos de estudio y análisis de la fórmula jurídica más adecuada» que permita dar al museo «más autonomía, más capacidad de gestión y más capacidad de presupuesto, para que pueda cumplir sus objetivos».
No han dado todavía con la fórmula, pero no se prevé que sea un consorcio, puesto que no quieren compartir con nadie más «la singularidad y excepcionalidad» del museo -el que más visitas recibe después del del Barça-. «Queremos que sea un museo de referencia municipal y no queremos que eso se pierda. Queremos seguir asumiendo todos los esfuerzos, incluidos los presupuestarios», añadió Martí. La Generalitat, según el concejal, queda fuera de estos planes y sólo se la requerirá para «colaboraciones puntuales».
Autogestión
Actualmente, el museo depende del Institut de Cultura de Barcelona (Icub), de donde sale su presupuesto y a donde van a parar los beneficios de la explotación de los recursos del equipamiento y la venta de las entradas. Lo que el Picasso pide, en definitiva, es poder gestionarse a sí mismo.
Pero el museo no sólo se mira hacia adentro. Pepe Serra tiene la mirada puesta, precisamente, más allá de sus muros. Uno de sus objetivos es incrementar la colaboración con otras instituciones.Un ejemplo de este anhelo se puede apreciar actualmente en las salas de la exposición permanente, donde cuelgan tres piezas que el Art Institute de Chicago, el Musée d'Orsay (un bodegón de Cézanne) y el Musée Picasso de París han depositado temporalmente en Barcelona como intercambio por otras piezas que han hecho el viaje inverso.
Serra destacó también la renovación por un año más de la cesión temporal de 73 obras de coleccionistas privados que, en algunos casos, llenan algunas lagunas de la exposición permanente, como las piezas del período cubista. La renovación de esta cesión es importante, según el director, porque demuestra que «los coleccionistas confían en el museo para depositar las obras». «De cara a 2009 haremos nuevos esfuerzos» para fomentar más depósitos, adelantó Serra, que considera que el museo que él dirige «es el más legitimado para acoger picassos». Eso no impidió que el Ministerio de Cultura comprara para el Mnac un retrato de Marie-Thérèse Walter.
