«Como todos los festivales, éste está organizado con una finalidad cultural y de deleite», comentó su director, Enrique Gámez, «pero Granada tiene una aportación única: su monumentalidad, que ofrece unos marcos sin igual para disfrutar de la música y la danza».

Los responsables del festival recuperan la obra del sevillano Manuel García, cuya faceta de compositor no ha sido valorada hasta hace muy poco, a través de su ópera Il Califfo di Bagdad, interpretada por Les Talens Lyriques bajo la dirección de Christophe Rousset, y que promete convertirse en uno de los acontecimientos musicales del año.

La oferta sinfónica pone de relieve la fructuosa relación hispano-francesa entre finales del XIX y principios del XX. Una época en la que España se convirtió en fuente de inspiración para los compositores franceses (el Bolero de Ravel, Ibéria de Debussy o Carmen de Bizet), mientras que los artistas españoles (Pablo Sarasate, Enrique Granados, Joaquín Turina, Manuel de Falla o Joaquín Rodrigo) viajaban a París para seguir su formación musical y realizar sus primeras creaciones.

El apartado sinfónico estará marcado por los tres conciertos de la Orquesta de París, dirigida por su titular, Christoph Eschenbach, y por Josep Pons, que interpretará, entre otras obras, el Bolero de Ravel y El Sombrero de tres picos de Falla. Pedro Halffter dirigirá la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla, que interpretará, entre otras obras, Le Sacre du printemps, de Igor Stravinsky.

La propuesta de danza corre a cargo del Ballet de la Opera de Burdeos, el Ballet Víctor Ullate de la Comunidad de Madrid y el de Maurice Béjart, que ofrecerá en Granada el estreno de La Rose. La Gala de Flamenco corre a cargo de la bailaora Merche Esmeralda; y la francesa Pastora Galván pondrá el punto final al Festival.

Simultáneamente se celebrará un simposio internacional sobre Las relaciones musicales entre España y Francia desde la Edad Media hasta nuestros días, cuyas actas serán recogidas en una publicación global que será la primera de su género.