DANIEL BORRAS
VALENCIA.-
Acogedor, sin excesos y muy seleccionado. Apenas 300 nombres pero todos ellos citables. Y animados. La recepción previa a la entrega de premios resultó amena e interesante; los que ya se conocían hacían corrillo, los que no, se sumaban a las conversaciones sin problema. En las mesas, casi temáticas, personalidades de todos los ámbitos de la sociedad valenciana. Desde consellers como Vicente Rambla (Portavoz), Gerardo Camps (Economía y Hacienda), Rafael Blasco (Sanidad) o Alejandro Font de Mora (Educación y Cultura), hasta los principales nombres de la cultura valenciana como el escultor Miquel Navarro, la directora del IVAM, Consuelo Císcar y la intendente del Palau, Helga Schmidt.
Con la asistencia del ex ministro Antonio Asunción, primo del actor premiado José Sancho, y Javier Paniagua, director de la UNED en Valencia, hubo también presencia del grupo socialista. La representación empresarial fue especialmente destacable. Por allí pasaron el presidente de la patronal Cierval, Rafael Ferrando, el de Asociación Valenciana de Empesarios, Francisco Pons, el de la Cámara de Comercio de Valencia, Arturo Virosque, el presidente de Pamesa y del club de fútbol Villarreal, Fernando Roig, acompañado de su esposa la pintora Elena Negueroles, o el del Grupo Ros Casares, Francisco Ros, entre otros muchos.
Todos ellos reunidos en el foyer del Palau de les Arts. Un enclave privilegiado «en el que te puedes encontrar en la puerta, sin esperarlo, con Zubin Mehta», tal y como aseguró Pedro J. Ramírez, director de EL MUNDO, que entró, acompañado por el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, el consejero delegado de Unedisa, Antonio Fernández-Galiano, el vice-presidente de la entidad, Paolo Carrer, el secretario general de la Redacción, Aurelio Fernández, el director general de Publicidad, Alejandro de Vicente, y el director de EL MUNDO en la Comunidad Valenciana, Benigno Camañas, flanqueando a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, vestida de blanco.
También vestía de color blanco Angeles, la esposa de Carlos Marzal, que departía con los buenos amigos del escritor valenciano. Una selección de lo más granado de la poesía española. Así, además de Francisco Brines, compartieron mesa dos premios Loewe, Antonio Cabrera y Vicente Gallego, con el editor de Pre-Textos Manuel Ramírez, y el pintor José Saborit. Hubo también representaciones de comunidades vecinas. Así, Miquel Navarro llegó acompañado del director de la galería Pelaires de Palma de Mallorca, Federico Pinya. Bien cerca se encontraban el director de cine José Antonio Escrivá y su esposa, o el director del festival Cinema Jove, Rafael Maluenda.
No faltaron representantes institucionales como el rector de la Universitat de València, Francisco Tomás, o el presidente de las dos veces y media centenaria Academia de Bellas Artes de San Carlos, Romà de la Calle. Junto a ellos, la presidenta de la Acadèmia Valenciana de la Llengua, Ascensió Figueres, y el Síndic de Comptes, Rafael Vicente Queralt, o el presidente de las Cortes Valencianas, Julio de España. La entrega de premios -presentada por la periodista Maribel Vilaplana- y los distintos discursos también tuvieron palabras de complicidad. Y es que la noche se prestaba a «repartir corazones», como los de la corbata de Pedro J. Ramírez que, confesó, vestía de forma intencionada para conmemorar su visita a Valencia.
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