Molist ha ambientado su novela en la cruzada contra los cátaros de principios del siglo XIII. «Es una historia de hace 800 años, pero la realidad actual es un espejo de aquello», dice. «La novela habla de amor y de su reverso, de odio, de fanatismo e integrismo, que entonces era el de la Iglesia católica; de tolerancia, de la fuerza de las armas y también de la del espíritu. Quien vea cómo se animó a los nobles a entrar en aquella cruzada encontrará similitudes con una guerra reciente».

Pues ya puestos, ¿cuáles fueron las armas de destrucción masiva que les costaron la vida a los cátaros? «Las armas de destrucción, o su pretexto, fue entonces la herejía; y también el asesinato del legado papal que custodiaba unos documentos que amenazaban el poder de Roma. Sobre esa base se acusó al principal noble de Occitania, ya que la causa profunda de la cruzada fue que los nobles occitanos no obedecían al Papa».

«Y las víctimas colaterales fueron miles», añade el escritor, que se mueve con total soltura en esa historia. «No hay más que pensar que en Béziers había 20.000 habitantes, de los cuales sólo estaban considerados como herejes 222. Sin embargo, todos fueron masacrados». Aquella guerra a sangre y fuego, que sólo dejó ruinas de castillos en lo alto de montañas (una ruta que Francia ha sabido explotar como turística), arrasó también una cultura floreciente.

«En el siglo XII hubo un renacimiento antes del Renacimiento, un desarrollo de las ciudades, de la cultura y un reconocimiento de la mujer», recuerda Jorge Molist, que ya se había acercado anteriormente al atractivo mundo de los cátaros, pero que en esta ocasión casi se vio obligado a revisitarlo cuando le salió al paso un Cantar medieval que contaba la historia. «La maravilla de algunos libros es que te hablan a ti», dice.

«Mi trabajo ha sido como el de un cocinero, espero que bueno; he tenido que mezclar unos ingredientes que estaban ahí», añade el novelista. La reina oculta «es una novela itinerante porque va siguiendo el desarrollo de la cruzada y los personajes visitan los aspectos más representativos de la Edad Media».

Buenos estudiosos del pasado, ni Jorge Molist ni Paula Cifuentes tienen problemas para recrear el ambiente histórico, o, como dice la segunda, para el atrezzo. Lo más difícil para Molist es reconstruir el pensamiento y los valores de entonces; y para Paula Cifuentes, seguidora en esto de la Yourcenar, conseguir que los personajes se expresen de un modo verosímil sin que suene anacrónico.

Aparte de eso, la joven escritora (no es que fuera una niña cuando murió Franco, es que sólo ha podido votar en unas elecciones generales) dice que lo que hay de ella en la novela es todo. «Si no me siento identificada con la historia, no me pongo al ordenador».

Su obra rescata a un personaje del siglo XIV marginado por mujer y por bastarda, Beatriz de Portugal. Cifuentes, que ya había publicado La ruta de las tormentas, ha sido becaria residente en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores.