TOMAS MARCO
Despedida de Izquierdo
Obras de: Guridi, Turina, Rodrigo, C. Halffer y Falla. / Intérpretes: Susana Cordón (soprano), José María Gallardo (percusión) y Orquesta Sinfónica de Madrid. / Director: Luis Izquierdo. / Escenario: Auditorio Nacional. / Fecha: 29 de marzo.
Calificación: ***
MADRID.- A sus 75 años y con medio siglo de carrera profesional, el director coruñés Luis Izquierdo ha decidido retirarse de la actividad pública aunque lo encontremos en óptimas facultades. Izquierdo es un histórico de nuestra música que desarrolló una enorme labor en años difíciles al frente de la Bética Filarmónica de Sevilla, en otras orquestas españolas y en el extranjero. Además, es uno de los que con un duro trabajo facilitaron los tiempos mucho mejores que ahora corren.
La vida musical del país y la propia Sevilla se han portado con él como suele ser usual, o sea, tirando a mal. Por eso hay que alabar la sensibilidad de la Orquesta Sinfónica de Madrid al brindarle esta despedida por todo lo alto en la que público y músicos se han volcado.
Programa íntegro de música española que es a lo que más esfuerzo dedicó siempre el Maestro. Clásicos del siglo XX como las hermosas Diez melodías vascas de Guridi, una selección del Canto a Sevilla. de Turina, con la soprano Susana Cordón de voz segura y expresiva y una clarísima dicción, rara avis en el gremio. El archifamoso Concierto de Aranjuez de Rodrigo arrolladoramente tocado por ese enorme guitarrista que es José María Gallardo del Rey y El sombrero de tres picos de Falla. Como representante de los compositores españoles vivos, el Palimsesto de Cristóbal Halffter, versión de 2004 de una obra ya entonces maestra del Halffter veinteañero, los Dos movimientos para timbal y cuerda. Aquí la orquesta completa establece un eficaz diálogo entre el compositor de hoy y el de ayer con vibrantes resultados. Fue solista ese gran timbalero y percusionista que es Dionisio Villalba que la dominó soberanamente.
La Orquesta Sinfónica de Madrid no sólo tuvo el gesto de acompañar la despedida sino que además cuajó una actuación ejemplar y profunda. Destacaron muchos de sus solistas y el conjunto sonó ensamblado, con calidad y altura técnica. Realizaron un gran concierto que el público agradeció con tantas ovaciones como para que el Maestro Izquierdo correspondiera con un bis, la Farruca de la suite, de Falla que se acababa de interpretar.
Vamos a echar de menos a Luis Izquierdo. Músicos con su vocación, tesón y calidad siguen haciendo falta en este país. Mientras, él entra en la mejor Historia de nuestra música. De hecho es ya una página importante de la misma pues su esfuerzo en los tiempos oscuros fue fundamental para que hoy amanezca. Todos saldremos alguna vez de la vida artística activa. Pero Luis Izquierdo ha hecho su sinfonía del adiós por la Puerta Grande.
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