Con aires de colegiala, o de Lolita que se come el helado del recreo, apareció Elsa Pataky en un decorado de playa en Madrid, con más cámaras delante que en la alfombra de los Oscar.
La expectación era total en su regreso ante la prensa española después del desnudo robado en Cancún. Se trataba de dar la imagen opuesta a la portada de Interviú, pero Elsa desprende erotismo hasta cuando se viste de monja. Esta chica lo lleva en la sonrisa, así que sonrió mucho y bien, quitándole hierro a una polémica que finalmente le viene al pelo a Nestlé, que por segundo año consecutivo la ha contratado para su campaña de helados. Ha conseguido también que Interviú se agote en los quioscos, hará que la revista Elle del mes de mayo se venda como rosquillas y es como un premio para Korpa, la agencia que sigue los pasos de Pataky desde hace meses.
Elsa cumplió el trámite al pronunciar la frase de moda , «he puesto el asunto en manos de mis abogados», pero aquí todos contentos porque todos salen ganando.
También Ortega Cano está encantado con Traje de luces, traje de cruces, la biografía que ha escrito Tico Medina para La Esfera de los Libros, encargada por su mujer, ya enferma, cuando celebraba su último cumpleaños.
El torero consigue poco a poco dejar de ser el marido de Rocío Jurado. El libro descubre al hombre y al personaje, pero Ortega no quiere tampoco desprenderse del recuerdo de su mujer. «Su hija, Amador y yo», contaba en el Palace, «hemos estado eligiendo uno de los bocetos para el mausoleo de Rocío en el cementerio de Chipiona, que por cierto se convertirá en un jardín frente al mar. A partir de ahora enterrarán a la gente en otro sitio y sólo se quedará mi Rocío y su mausoleo, y la gente irá a sentarse allí junto a ella. Será algo precioso...». El torero insiste en que no hay desavenencias en la familia, que siguen unidos y en armonía.
Como los Missoni, uno de los clanes italianos más sólidos del mundo de la moda. Igual que los Trussardi, los Armani, Versace o Ferragamo. Familias unidas por la estética, por principios sólidos y por el sentido común de los buenos empresarios.
Además, en el caso de los Missoni, son entrañables, gente sencilla que cultiva el buen gusto y el lujo de forma natural y elegante. Para la apertura de su primera tienda en Madrid, organizaron una fiesta en el restaurante Più di Prima, una de las mejores cocinas italianas de la ciudad, y convirtieron un rincón del restaurante en un ejemplo de la decoración y el estilo exquisito de Rosita, la matriarca de la casa. «Es que cuando me jubilé de la moda, hace 10 años, me dediqué a ejercer de abuela dos meses y acabé tan harta que me dije, yo así no sigo. Y me puse a hacer cosas para casa. Al fin y al cabo lo he estado haciendo durante años: cuando venían amigos a comer cogía trozos de telas y envolvía los sofás o inventaba cualquier cosa para cambiar el ambiente. Ahora me dedicaré también a los hoteles de la familia».
Los Missoni y sus rayas tricotadas en zigzag son un símbolo del buen gusto italiano en todo el mundo, ocupando un lugar de honor en los museos de Londres y Manhattan. Una de las nietas intenta precisamente desde Nueva York convertirse en la primera actriz de la familia.
En la fiesta recibieron los complimenti de Philippe Junot -acompañado y enamorado de una conocida estilista española-, de Pedro Almodóvar y de Tamara Falcó, que aprovechando el tirón que ofrece la segunda generación Falcó Preysler, presentó la nueva temporada de Port Aventura junto a su hermano Julio Junior. Aquí el que no corre, vuela.