Mientras Diego Maradona permanece sedado y evoluciona favorablemente de la descompensación que provocó su ingreso en el Sanatorio Güemes del barrio de Palermo, y en medio de una nueva movilización general de los medios de comunicación, continúa siendo un misterio el origen real del problema.
Héctor Pezzella, director del Sanatorio Güemes, uno de los pocos hospitales que aceptó que el ex astro futbolístico argentino fuera ingresado en su instituto después de varias negativas por los disturbios que ocasionó cada traslado anterior, sostuvo en un parte médico que los análisis están bien y no hay ningún compromiso hepático agudo. «Sigue estable, está compensado desde el punto de vista general y evoluciona bien. Lo importante es pasar el periodo de consumo de alcohol excesivo. No hace falta ningún estudio psicológico y la relación con los médicos es buena», afirma.
Sin embargo, este parte médico aporta cierta confusión debido a la cantidad de versiones que circulan sobre el estado de salud del ex futbolista, quien el pasado miércoles tuvo una descompensación en su casa que según su entorno habría sido causado por un nuevo distanciamiento con su ex esposa, Claudia Villafañe. Ésta se encuentra en Ecuador y ni siquiera aparece esta vez entre las personas autorizadas para entrar en el hospital. En cambio, sí se encuentran en esa lista los padres, hermanos, hijas y algunos amigos entre ellos el presidente de Boca Juniors, Mauricio Macri.
Justamente y como cada vez que el ex astro llega a una situación límite con su salud, su médico personal, Alfredo Cahe, aparece para contradecir de alguna manera a los médicos del hospital que corresponda en cada caso. En esta oportunidad, Cahe manifestó que Maradona «fue internado contra su propia voluntad y que debió ser sedado para poder ser trasladado».
Y si en el Sanatorio Güemes se dice que no se necesita de momento un tratamiento psicológico (aunque es atendido también por un equipo del departamento de Salud Mental del hospital a cargo de los psiquiatras Carlos Nasef y José Tejada en cuanto al tratamiento de desintoxicación por alcohol y tabaco), Cahe hace hincapié en que el ex astro nunca tuvo paz. «No puede jugar a la pelota. No puede comer tranquilo y no soporta esa constante presión mediática».
En lo que sí hay coincidencia es en que en principio, su vida no corre peligro, aunque según Cahe, puede tener complicaciones hepáticas, pancreáticas o cardíacas: «Su principal enemigo es su entorno», afirma. Por ello, le recomendó que saliera de Argentina antes de esta nueva recaída. Sin embargo, Cahe dijo que no habrá tratamiento contra el consumo de alcohol hasta que no se vea una evolución concreta del paciente.
Problemas.
Desde el Sanatorio Güemes se recuerda en el parte médico, contrariamente a lo que dijo Cahe, que Maradona nunca estuvo agresivo: «Pero no hay que olvidarse de que hay un daño previo y eso hace que el organismo tarde mucho más tiempo en recuperarse».
Como cada vez que Maradona es ingresado, comienzan a abundar los debates en los distintos talk-shows televisivos, y aparecen las declaraciones polémicas, entre las cuales impactó la del periodista Ernesto Cherquis Bialo, ex director de la revista El Gráfico y uno de los coautores del libro biográfico Yo soy el Diego, por las que el ex astro no habría dejado de consumir drogas. Sin embargo, el análisis realizado para comprobar el consumo de cocaína dio negativo hace varios días.
Otra versión indica que Maradona últimamente consumía de forma permanente champán mezclado con productos energéticos, en tanto que fumaba una importante cantidad de puros diarios, que reemplazaron en su adicción a las drogas.
Un periodista que ha seguido muy de cerca la carrera de Maradona, acerca del acoso mediático, cuenta que en una ocasión en la que el ex astro viajó a una clínica suiza para un chequeo y salió a caminar por la zona, sin que nadie se le acercara, su interlocutor le comentó que por fin podía lograr el sueño de caminar por un lugar público sin ser molestado.