«Se trata de un caso en el que existe una discriminación increíble. Yo mismo me he entrevistado con la gente afectada y puedo decir que hay multitud de quejas y de abusos que no han sido denunciados por miedo a la venganza de estos policías malos», afirmaba ayer Felipe Chen, que cree que el tema ha calado hondo entre sus compañeros.

«Es algo que no entienden, ni ellos ni yo, ya que, por lo general, los policías en España son gente honrada y nos tratan muy bien. Pero la injusticia y el abuso de poder no se pueden permitir, vengan de quien vengan. Por esos nuestra asociación muestra su total solidaridad con los afectados. Nos hemos dirigido a ellos y les hemos dicho que no deben atemorizarse ni tener miedo porque no han hecho nada, porque las cosas no pueden ser así», puntualizó.

Según el portavoz de los comerciantes chinos, este fin de semana recogerán todos los testimonios posibles y tras contrastarlos con sus abogados, acudirán el lunes a los juzgados de Madrid para presentar más denuncias al respecto.

Mientras, en el barrio de Usera, la mayor parte de los comerciantes de la zona tenían constancia de la noticia publicada ayer por M2. Pero al ser preguntados sobre su contenido, su cara cambiaba y los trabajadores, fueran de la nacionalidad que fueran, daban la callada por respuesta.

El malestar y la sospecha pasaban de local a local, aunque los negocios pertenecieran a gremios de los más parlanchines. Así, en el Bar 21, su camarero se negaba incluso a oír las preguntas. «Tengo que trabajar, tengo que trabajar», escupía con cara amenazante, aunque sólo había una pareja en el local. Y eso que antes de su entrada, el trabajador se había estado entreteniendo con la lectura de un periódico en una de las mesas del recinto. Igual reacción tenía el señor que regentaba el Bar Angel Luis, sólo que él mataba las horas viendo la tele. Ya en la Cervecería Hermanos Perea, ubicada en la calle de Nicolás Sánchez, donde al parecer tuvieron lugar la mayoría de los robos, su propietario se atrevía a responder a una pregunta que contuviera las palabras «chinos» y «policía». «Nosotros nunca hemos tenido problemas con la Policía», comentaba el trabajador detrás de la barra. «Vienen poco, el trato es de respeto, aunque sí es verdad que vigilan más los locales regentados por asiáticos», concluía.

En dicha calle, la mayor parte de los locales mezclan en su cartel el español con el chino. Y aunque los trabajadores de los mismos estaban «muy contentos» porque «la noticia y la verdad» hubiera salido a la luz, se negaban a comentar nada más. «No está el jefe» o «no puedo hablar de ello» era lo máximo que se atrevían a decir.

Los locales pertenecientes a ciudadanos nacidos en otras latitudes también hablaban lo justo: «Les hacen más inspecciones a los chinos porque abren todos los días y tienen un horario que ninguna tienda puede igualar», decía entre la resignación y el malestar el ciudadano marroquí encargado de la caja de un locutorio. En los mismos términos se pronunciaba la heredera de Bodegas Gutiérrez, una tienda de alimentación de las de antes, con más de 50 años de historia. Pese a que su local es el «más fastidiado» por las ventas regentadas por orientales, ella aseguraba que no provenía de su malestar el hecho de que no creyera a la Policía capaz de hacer lo que los denunciantes han manifestado.

En ese aspecto quería hacer hincapié ayer Miguel Angel Fernández, secretario de Comunicación del Sindicato Unificado de Policía (SUP). Ante la declaración de varios chinos que afirman que les han robado la denuncia original en la misma puerta de la comisaría, Fernéndez argumentó que «es raro que un policía nacional haga eso, y más cuando los afectados pueden solicitar una copia del documento allí donde lo formularon». También recordó que «los agentes son inocentes hasta que haya una sentencia en firme».

En términos parecidos se manifestó José Miguel Lorenzana, de la Confederación Española de Policías. «El asunto debe esclarecerse cuanto antes. Estoy seguro que el 99% de los agentes de Usera son leales a su trabajo, pero antes de que se manche el nombre del Cuerpo o la labor de los compañeros, la Justicia debería ver si las acusaciones son ciertas. En ese caso, esos agentes no se merecen su titulación, y sobre ellos debe caer todo el peso de la ley», manifestó. Por su parte, la Jefatura Superior de Policía informó que ha abierto una investigación judicial e interna al respecto, aunque hasta el momento «no se presume implicación» de agentes de la comisaría de Usera-Villaverde.

Asociación de Comerciantes Chinos. Desde la agrupación, su portavoz, Felipe Chen, dice que hay afectados que no se han atrevido a hablar, por lo que recogerán todos los testimonios posibles para presentar más denuncias el próximo lunes en los juzgados de Madrid. «El caso es un abuso de poder y una discriminación increíble que no debe volverse a repetir nunca», asegura.

Sindicatos policiales. Tanto el Sindicato Unificado como la Confederación Española de Policías piden que se respete el principio de inocencia de los agentes presuntamente implicados en los abusos policiales, si bien esperan que la ley actúe con rapidez y se penalice con dureza a los denunciados si se demuestra su culpabilidad.

Jefatura Superior de Policía. Asuntos Internos, dependiente de la Dirección General de Policía, ha iniciado una investigación para esclarecer los hechos. Por el momento, fuentes relacionadas con la investigación manifiestan que «no se presume implicación» de agentes de la comisaría de Usera-Villaverde y no se descarta por el momento que pueda tratarse de una «denuncia falsa».