JAIME G. TRECEÑO
Al son de la letanía «queda inaugurado...», el candidato socialista a la Alcaldía, Miguel Sebastián, recorrió su particular Via Crucis por la M-30. «Con los tres millones que cuesta construir 11 metros se podría construir una comisaría de la Policía Municipal. Queda inaugurada la comisaría». Un centro de día, una escuela infantil, un centro cultural, un polideportivo... El aspirante socialista confrontaba las cifras del coste en metros de la vía de circunvalación con el de equipamientos sociales. Para este acto de contrainauguración, buscó un emplazamiento idóneo, la avenida del Manzanares.
Entre pintadas de «Gallardón fascista ambiental» y otras que equiparaban al PP con el nazismo, el candidato socialista recorrió 203 metros de la vía haciendo un alto para colocar en postes, previamente depositados por sus colaboradores en el recorrido, los carteles en los que gráficamente se hacía la comparación. Luego, en tono fingidamente solemne, escenificaba la confrontación de los datos.
Por ejemplo, con seis metros, que han costado 1,5 millones, se podría inaugurar un centro de Día; con lo que ha valido un metro se podría haber rehabilitado un colegio o con 26 metros, 100 viviendas sociales. El recorrido de Sebastián, que era seguido por una nube de informadores y miembros de la candidatura, no estuvo exento de ciertos incidentes. Cuatro personas que aguardaban a la comitiva a las puertas de un comercio no dudaron en increparle. «Eres un candidato que no conoce nadie», le espetaron. «Al menos la derecha hace algo», le gritó un hombre mayor que portaba un cartel hecho a mano en el que se leía: «Gracias por quitar la M-30». Sebastián aguantó el tirón y siguió a lo suyo mientras le acompañaban unos gritos: «Sí Gallardón, te queremos».
Atasco de precampaña
Al desarrollarse el acto preelectoral en la angosta vía pública en que se ha convertido la avenida del Manzanares, la comitiva provocó un atasco. Los coches no podían pasar y alguno hizo sonar su claxon. El candidato seguía a lo suyo: vendiendo el producto.
«Los madrileños deben saber que a los malos gestores les gusta esconder los problemas debajo de la alfombra y Gallardón ha construido su propia alfombra, la M-30. Debajo no sólo ha enterrado las ilusiones y aspiraciones de los madrileños, sino también el atasco». El objetivo del aspirante socialista a la Alcaldía era «demostrar, sobre la superficie, y no bajo los túneles, cómo le gusta a Gallardón, las oportunidades que se han perdido los ciudadanos a causa de estas obras».
Más información sobre la M-30 en las páginas 16 y 17.
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