No esperes reservar una mesa, ni un servicio de sala embutido en un encorsetado uniforme... La nueva Sueca, la que ha dejado atrás su desfase inconexo del año anterior, la que hoy manejan Alberto -en cocina- y Esmeralda -en barra- es un agradable local para hechar la tarde y la noche. Batidos naturales con frutas de temporada, cócteles (originales las caripirinhas y caipiroskas y el exitazo de la casa el Sex on the beach), algunos vinos por copas y una carta de comida informal en la que Alberto muestra sus mejores plumas (además de excelente cocinero, es un maestro con la decoración de los platos [su verdadera especialidad]). En la pizarra del local se cantan los platos: tabulé, cuscús, salmón ahumado con salsa de eneldo, patata skagen... cada semana se cambian los platos, manda el mercado, aunque siempre encontrarás un guiño a la cocina sueca. No dejes de probar las tartas, originales y sabrosas.