El máximo responsable de la Dirección General de Tráfico (DGT) señaló que la introducción del carné por puntos y la ampliación de las posibles ubicaciones de radares fijos «deberían notarse» en estas festividades.

Sin embargo, el propio Navarro reconocía a comienzos de esta semana que se estaba notando una cierta relajación entre los conductores. Añadió que en julio y agosto -tras la introducción del nuevo permiso- el número de muertes en carretera cayó un 20,8%, mientras que ahora esta cifra era de un 15%.

Quizá este cierto pesimismo ha sido el que ha llevado al director de la DGT a aceptar como bueno un balance final de 100 muertos, que supone tan sólo una ligera reducción respecto a 2006, en que hubo que lamentar la pérdida de 110 vidas humanas.

Aplazamientos

En aquella ocasión Pere Navarro señaló que la falta de una normativa adecuada, los sucesivos aplazamientos para la instauración del carné por puntos y la carencia de una adecuada red de radares fijos habían impedido mantener la tendencia a la baja de los dos años anteriores.

Algunos de los expertos consultados por este diario manifestaron que en esta Semana Santa, en la que la DGT cuenta ya con el nuevo permiso de conducir y en que se han aumentado los puntos de control de velocidad hasta un total de 317, este organismo debería fijarse objetivos más ambiciosos que limitarse a mejorar las cifras de 2006.

La mayoría de los consultados coincidieron en que aunque «sea difícil», se deberían tomar como referencia los años 1998 y 2004, los dos mejores de la última década, en los que las vacaciones de Pascua finalizaron con 103 muertos en accidentes de carretera.

Si a esta cifra se le deduce el 15% que, según el propio Pere Navarro, ha caído el número de víctimas mortales en carretera, esta Semana Santa no debería finalizar con más de 89 víctimas mortales.

Los expertos consideran, sin embargo, que el mal tiempo que se registrará durante la mayor parte de estas fiestas podría tener un efecto negativo sobre el tráfico e incrementar el número de víctimas, aunque a pesar de ello no debería superar las 100.

Y tal vez sea el efecto del mal tiempo, pero el inicio del éxodo de la Semana Santa se saldó ayer con muy pocos atascos y retenciones en la mayoría de las carreteras españolas.

En el peor momento de la jornada se registraban hasta 20 kilómetros de congestiones en las salidas de Madrid y un total de hasta 60 en el caso de los accesos de la capital catalana, aunque en ambos casos se fueron diluyendo, hasta alcanzar niveles inferiores a los de cualquier otro viernes del año, según reconoció la DGT.

A las 20.00 horas las peores retenciones se producían en las salidas de Zaragoza hacia la costa catalana, debido a las obras que se están realizando en la A2.

Fuentes de la DGT señalaron a la agencia Efe que esta relativa fluidez se debía a que muchos automovilistas habían adelantado su salida a la víspera y a que otros habían optado por aplazar la marcha, lo que hace esperar que los desplazamientos se produzcan de forma más escalonada.