C.F.. Corresponsal
NUEVA YORK.-
El australiano David Hicks, primer preso de la base de Guantánamo en comparecer ante un tribunal militar, fue condenado a siete años de prisión por «apoyo material al terrorismo». Hicks, que ya ha pasado cinco años entre rejas, quedará en libertad al cabo de nueve meses, gracias a un acuerdo con la fiscalía por el cual queda en suspenso el tiempo restante de la condena.
Hicks deberá ser repatriado antes del 29 de mayo a Australia, donde cumplirá la sentencia, según informa Reuters.
El juez militar, coronel Ralph Kohlman, aceptó su declaración de «culpabilidad» como parte del acuerdo alcanzado con la fiscalía, que accedió a rebajar la pena máxima a siete años a cambio de que Hicks retirara las acusaciones contra sus carceleros. Mediante dicho acuerdo, Hicks declara que no ha recibido ningún «trato ilegal» mientras estuvo bajo la custodia de los soldados norteamericanos. En su día aseguró que fue golpeado en su traslado a Guantánamo, maltratado y sodomizado en la prisión y sedado antes de comparecer ante el tribunal militar.
En virtud del pacto suscrito, Hicks no podrá hacer declaraciones a los medios ni vender los derechos de su historia durante un año.
El preso australiano, de 31 años, trabajó en una granja de canguros antes de hacerse musulmán y acabar recalando en Afganistán durante la ofensiva contra los talibán. Hicks reconoció haberse entrenado en un campamento de Al Qaeda y haber visto personalmente a Osama Bin Laden en una ocasión.
Su comparecencia ante el tribunal militar, al amparo de una polémica ley impulsada por el presidente Bush y aprobada por la mayoría republicana el pasado mes de octubre, ha provocado la condena de los grupos humanitarios por considerar que los presos no tienen garantías.
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