La semana de locura de los partidos catalanes finalizó ayer con el recuento de daños. El ofrecimiento de la Presidencia de la Generalitat a Artur Mas por parte del número tres de ERC si promovía un referéndum de autodeterminación provocó la primera crisis de calado del nuevo tripartito que preside José Montilla.Ayer, el líder de los republicanos y vicepresidente del Gobierno catalán, Josep Lluís Carod-Rovira, se puso claramente de lado del jefe del Ejecutivo, desautorizó la propuesta de su partido y lamentó que se haya visto afectada «la imagen de Esquerra como partido serio de gobierno».
Montilla había lamentado poco antes que la «subasta soberanista» que han mantenido ERC y CiU -ambos partidos radactaron resoluciones en favor de crear un «Estado catalán», aunque no consiguieron apoyo- haya afectado a «las instituciones» y perjudicado la «causa del autogobierno».
La crisis de los últimos días ha provocado daños tanto en los tres partidos del Govern -PSC, ERC e ICV- como en CiU, pero algunos de sus protagonistas han salido peor parados que otros. Carod, por lo infructuoso de sus esfuerzos por contener el espíritu levantisco de los suyos, es uno de ellos. Por ello, el líder independentista trató ayer de recuperar su autoridad en una formación que cada vez camina más al ritmo de su secretario general, Joan Puigcercós, y su gente de confianza como, por ejemplo, Xavier Vendrell, cuyas palabras provocaron el conficto.
El líder de Esquerra empezó admitiendo, en una apropiación de una de las frases más célebres de Jordi Pujol, que las declaraciones de Vendrell «no tocaban». «Fueron hechas, seguro, con la mejor de las intenciones, puesto que la defensa del derecho de autodeterminación es elemental en la cultura democrática de un partido como el nuestro, pero obviamente cada cosa tiene su tiempo», añadió Carod ayer a Catalunya Ràdio.
El vicepresidente de la Generalitat reprochó al vicesecretario general de su formación que confundiera «el hoy por el mañana», y llamó a Esquerra a trabajar a partir de ahora por recuperar «la imagen como partido serio de gobierno, en el que se puede confiar».
El presidente de ERC recordó que en el Consejo Nacional que celebró su partido un día antes de que Vendrell ofreciera a Mas la Generalitat «se tomaron algunos acuerdos, pero no figuraba esa propuesta».Sin embargo, en la línea de lo que expresó el presidente Montilla, Carod consideró «superada» la situación. En cualquier caso, se permitió poner el broche a la crisis con una muestra de ironía: «A veces, se agradece que las semanas pasen tan rápidamente».
La «credibilidad» de CiU
Pero no está claro que las consecuencias de todo lo que ha pasado en la última semana en la política catalana no vayan a arrastrarse un tiempo. Que José Montilla no olvidará fácilmente el calvario que le ha hecho pasar el sector más indómito de Esquerra Republicana quedó claro ayer en el Consejo Nacional del PSC. La intervención del presidente de la Generalitat, que abrió la reunión, estuvo trufada de críticas a CiU, pero ERC, significativamente, también se llevó algunas. Por ejemplo, Montilla reprochó a los republicano que «pervirtieran» la función del Parlament con su «subasta soberanista».
Fue una reprobación que dirigió tanto a ERC como a CiU. Montilla achacó las disputas entre las fuerzas nacionalistas a las «urgencias de las tácticas preelectorales propias del periodo en que vivimos».Para él, CiU sólo ha logrado «perder credibilidad y centralidad».Presentó al PSC, en contraposición, como «una garantía de estabilidad y rigor». «Nosotros no jugaremos con los sentimientos de la gente, no haremos teatro», añadió.