MARIA EUGENIA YAGÜE
MANCHEGO: Almadén (Ciudad Real), 1961. Su padre era minero. VETERANO: 25 años en la radio. Ha trabajado en la Ser y Onda Cero y lleva nueve años en la Cope. PROGRAMAS: Dirige y presenta el «magazine» «Al sur de la semana» y colabora en «Tiempo de juego».
Llega el fin de semana y las emisoras de radio, reflejo de las tensiones del momento, se convierten en un remanso de paz. Rafael Sánchez, responsable del programa Al sur de la semana, de la cadena Cope, premiado por el Club Internacional de Prensa, reivindica su condición de radiofonista a la antigua usanza. Y eso en estos tiempos, tiene su mérito.
PREGUNTA.- A usted no le hacen críticas furibundas como a algunos de sus compañeros.
RESPUESTA.- Yo hago la misma radio que hacía en otras emisoras, soy fiel a mí mismo. La radio trasmite verdad y si hiciera algo que no me gustara, el oyente lo notaría. Pero no te hagas ilusiones, tal como está la situación política, no hay sábados ni domingos, ni madrugadas.
P.- No nos viene mal respirar un poco de vez en cuando.
R.- Pero mi programa no se relaja por estar en el fin de semana. Es un magazine que tiene de todo lo que sea actualidad. El error es ceñirse sólo a la política. No olvidemos que el oyente no es un votante, es un oyente. Y a mí me gusta la radio del que escucha, no del que vota.
P.- Pero los grupos de comunicación están como Caín y Abel y eso lo pagamos todos.
R.- Lo que debe hacer un periodista es informar por encima de todo. Imponer que aquí sólo hablan los que piensan como nosotros es un gravísimo error. El cáncer del enfrentamiento político no debe extenderse a los medios de comunicación. No quiero ni pensar que una manifestación del PP vaya a cubrirla la Ser y alguien la emprenda a pedradas contra ellos. Estamos jugando con fuego. Por otra parte, yo tengo amigos en la Ser y hay muchos en desacuerdo con lo que ha dicho Polanco.
P.- ¿En qué ha cambiado la radio que escuchaba de niño haciendo los deberes?
R.- La echo de menos. Cuando sales de las grandes ciudades, donde parece que está el centro del pensamiento del país, resulta que a la gente lo que le preocupa de verdad es la hipoteca, la falta de agua, el paro, la contaminación o los estudios. Ahora a cualquier noticia se le busca el bies político. En nuestro país estamos perdiendo muchos amaneceres, muchas puestas de sol, muchos libros, muchas sensaciones humanas y el respeto por las ideas de los otros.
P.- Por cierto, ¿sabe usted cuánto vale un café?
R.- Pero, hombre... De un euro en adelante.
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