Domingo, 1 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6314.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Crónica
Nueva economia
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
El inteligente multiplica los éxitos del otro y el torpe les resta importancia (J. L. Iborte Baqué)
 CULTURA
UN DIA HISTORICO PARA EL MUSEO / RAFAEL MONEO / Arquitecto
«Las críticas me sirvieron para repensar el proyecto»
ANTONIO LUCAS

MADRID.- No parece desfondado. Después de siete años ha tomado la costumbre de estar en el Museo del Prado como lo está en su estudio de El Viso. Lleva a Velázquez impreso detrás de los ojos. Sabe de memoria cada centímetro de tela sobre la que volcó luz el sevillano. Rafael Moneo pasó la mañana de ayer explicando con un entusiasmo forense -no es contradicción- algunas de las claves de la ampliación del Prado, un nudo de complejidades técnicas y dificultades burocráticas del que ha salido indemne, mejor armado si cabe.

Publicidad
Su proyecto definitivo es poético, elegante, sorprendente cuando uno se adentra y descubre que la austeridad casi mansa del cubo revela en su interior el esqueleto de un museo en sí mismo, el resumen de una pasión, la arquitectura, sin más protagonismo que el de las cosas bien hechas.

Pregunta.- Por fin...

Respuesta.- Estoy satisfecho, la verdad. No voy a andar ahora con falsas modestias. Creo que es un buen trabajo. Soy consciente de las dificultades que me he encontrado y me gusta ver que con la disciplina a la que he dedicado mi vida puedo resolver determinados problemas profesionales.

P.- ¿Diría que el Prado está entre sus tres obras más relevantes, junto al Museo Romano de Mérida y la catedral de Los Angeles?

R.- No sé. Si algo me gusta de esta obra es que se ha producido con independencia de lo que son las ampliaciones de los museos al uso. El Prado ha encontrado unos cauces para su ampliación que evita los tópicos, continúa la estela de las intervenciones anteriores y no olvida las implicaciones urbanísticas de nuestro momento. Además, hemos conseguido recuperar la espalda del edificio de Villanueva, que quedó desplazada, y sin embargo se pensó como un espacio tan esencial y equivalente como la fachada. De ahí mi interés por rescatar el valor del ábside y hacerlo puerta de acceso al espacio nuevo.

P.- ¿Las críticas y las presiones le han ayudado?

R.- Pues ahora creo que sí. Ha sido duro, muy duro. Me han tratado muy mal. Lo digo sin rencor. Para mí no cuenta ya todo el ruido de tanta polémica, pero la respuesta a algunas de las cuestiones que los más críticos hacían han sido positivas para el proyecto. Por ejemplo, el espacio del hall tenía un techo de vidrio, pero la gente decía que parecería un supermercado y, además, no daría la sensación de edificio protegido que un museo demanda... Así que decidí que la superficie del vestíbulo fuese ajardinada y realzar aún más el Botánico. Nunca se le había dado tanta importancia como ahora. De tal modo, algunas críticas sí sirvieron para repensar ciertos puntos del proyecto.

P.- También hay una atención al urbanismo...

R.- Ésa ha sido mi intención. Y así era desde el principio, antes de que la asociación de vecinos de este barrio protestase el proyecto. Por arriba queda un espacio muy ambiguo, un lugar más para individuos que para asambleas. Es una incógnita el uso que le dará la gente. Que sea el público quien lo defina.

P.- ¿Qué otros cambios se fueron sucediendo desde su idea original?

R.- Por ejemplo, la función del claustro. En un principio estaba pensado como sala de lectura de la biblioteca, pero el director del Prado, Miguel Zugaza, me sugirió que fuese un lugar al que todo el mundo tuviera acceso. Y pensamos en hacerlo como está hoy, destinado a exposiciones temporales.

P.- ¿Qué queda del proyecto original?

R.- Claro. Esto... Me he quedado con las ganas de ver qué hubiera sido el edificio que envuelve el cubo si hubiera respondido más a una expresión personal de mi arquitectura. Pero si hubiera sido así, más arquitectónico, hoy no tendría las bellísimas puertas de Cristina Iglesias.

P.- Una de sus apuestas ha sido el juego de materiales...

R.- Me gusta que se aprecie. Buena parte de la arquitectura actual es excesivamente monocroma y apuesta sólo por los valores formales. Aquí, sin embargo, con mucho cuidado, he incluido piedra, bronce, estuco... Los materiales tienen que ver también con el edificio Villanueva.

P.- El cubo no revela la riqueza de lo que esconde.

R.- Suele pasar en muchas de mis obras, que la complejidad se concibe más en los interiores.

P.- En su recorrido, mientras explicaba su obra, se refería a Velázquez con insistencia, ¿es un referente?

P.- Siempre. Pero lo que quería decir es que el Prado es quizá el único museo en el que la arquitectura ha ayudado a establecer la narración y la jerarquía, y esto ha ayudado a los conservadores a ver de qué modo se despliega la colección.

P.- Dice el director del Prado que su edificio frente al de Villanueva es como poner a dialogar un bodegón de Zurbarán con otro de Juan Gris, ¿acierta?

R.- Sin duda es una idea bella. Ya me gustaría que fuese así.

P.- ¿Cuál es su relación con el Prado después de esta inmersión?

R.- Imagínate. Para mí es como estar en mi casa. Llevo aquí desde 1998, cuando sale elegido mi proyecto en la segunda convocatoria del concurso de ideas. Pero ya desde el primero anuncié que la mejor solución posible era recuperar la espalda del edificio de Villanueva.

P.- ¿Y ahora, qué?

R.- Marcho a EEUU a continuar con mis clases y a seguir con unos encargos que tengo allí: un laboratorio de Física en Harvard, un proyecto para la Universidad de Columbia y otro para la de Princeton.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
 publicidad
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad