JAVIER VILLAN
'Como abejas atrapadas en la miel'
Autor: Douglas Carter Beane./ Intérpretes: Luisa Martín, Félix Gómez, José Luis Martínez, Angel Burgos, Ana Trinidad e Inge Martín./ Adaptación: Bernardo Sánchez Salas./ Escenografía: Ana Garay./ Dirección: Esteve Ferrer./ Escenario: Príncipe Gran Vía.
Calificación:
MADRID.- Luisa Martín es una excelente actriz, y puede que el resto del elenco, a distintos niveles, también; el texto arranca de una idea razonablemente comprometida con el espíritu de estos tiempos, las urgencias de la fama y el triunfo a cualquier precio; Ana Garay es una escenógrafa solvente y omnipresente en la escena española; y Esteve Ferrer ha demostrado en ocasiones afán de modernidad y originalidad. Y, sin embargo, Como abejas atrapadas en la miel no acaba de funcionar.
No funciona, al menos, en los niveles que se esperan de la concurrencia de tantos valores; hay anudación, pero no ensamblaje. Por esto no voy a perder yo mi confianza en la calidad actoral de Luisa Martín, a lo sumo lamentar una ocasión perdida; pero ésta no es mi Luisa, que me la han cambiado; y perdonen ustedes este casticismo dentro de una obra que pretende ser cosmopolita y moderna. Modernidad con una estética un poco plana de videoclip urgente.
El personaje de Alexa, de evidente glamour y con el gancho propio de una estafadora en cierta medida genial con las ideas claras y la verbosidad rápida se convierte aquí en una mujer disparada que atropella el lenguaje. Y, lo que es peor, atropella el ritmo escénico, esa sutil corriente que da a una representación el tempo de su espíritu.
Hay una disociación entre la elegante imagen de Alexa y su verborrea urgentísima. Sólo en algún momento -la borrachera, por ejemplo- demuestra Luisa Martín sus condiciones de actriz. Cosa, quizá, de una dirección poco afortunada, como la simultaneidad de planos narrativos que acaba en confusión y desorden.
Pero hay otros factores que son culpa del texto o de su adaptación. La endeblez de éste, o eso creo, puesto que no lo he leído, ya no es cuestión de dirección, sino de la autoría de Douglas Carter Beane. Sólo la estupidez de los estafados explica la existencia de la estafadora, una especie de mujer fatal, fatalmente devaluada. En este sentido Como abejas..., no puede ser considerado paradigmático de la ambición de fama; si los estafados, elegidos por su brillantez profesional, no están a la altura de las circunstancias no hay paradigma que valga.
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