BARCELONA 2
DEPORTIVO 1
Valdés
Zambrotta
Thuram
Puyol
Gio
Edmilson
Xavi
Iniesta
Messi
Eto'o
Ronaldinho
Cambios: Oleguer por Iniesta (min. 75)
Giuly por Messi (min. 85) s.c.
Motta por Gio (min. 90) s.c.
Aouate
Coloccini
Lopo
Andrade
Capdevila
De Guzmán
Juan Rodríguez
Estoyanoff
Verdú
Cristian
Riki
Cambios: Adrián por Riki (min. 61)
Sergio por De Guzmán (min. 83) s.c.
rbitro: Ayza Gámez
Tarjetas amarillas: Capdevila, Edmilson, Ronaldinho y Juan Rodríguez.
Tarjetas rojas: No hubo.
Goles: 1-0: Messi (min. 44). 2-0: Eto'o (min. 51). 2-1: Adrián (min. 68)
BARCELONA.- El hermanísimo de Ronaldinho debió frotarse las manos con gusto por lo acontecido anoche en el Camp Nou. Tras una semana marcada por las maniobras de alcoba de Roberto de Assis, feliz con sus devaneos virtuales con Silvio Berlusconi y ávido de arrancar más cariño económico a Laporta, sólo faltaba que el diez azulgrana, que no de Brasil por obra y gracia del rencoroso Dunga, recuperara su mejor nivel y recordara al barcelonismo cuánto le necesita.
En un Barcelona soso e inapetente, Ronaldinho fue el que más abrió la boca para zamparse al Deportivo. Un espectacular dribling del brasileño a Coloccini, enlazado con una gran asistencia al goleador Messi, fue suficiente para martirizar a los gallegos, muy disciplinados en su planteamiento, pero famélicos más allá de la línea divisoria. En la reanudación, ya con las líneas deportivistas algo más abiertas y despistadas, hubo suficiente con dejarse llevar y agradecer con un gol más a los sufridos aficionados, que vieron cómo Valdés salvaba el empate final en el último minuto a tiro del descarado Adrián. La agonía azulgrana en el ocaso del encuentro fue producto de un ya habitual complejo de superioridad.
Lo único que echó en falta Joaquín Caparrós para arrancar algo positivo del Camp Nou fueron jugadores ofensivos como el joven de 19 años Adrián, que no entró al campo hasta el minuto 61. Su centro de la defensa es excelente -Lopo y Andrade forman una de las mejores parejas de centrales de la Liga- y en los costados, Coloccini y Capdevila, también internacionales, se las apañan bastante bien a la hora de cerrar sus bandas. El problema llega a partir del centro del campo. Además, el técnico de Utrera, fiel a sus ideales, volvió a deleitar a los amantes del antifútbol colocando una doble línea defensiva de cuatro y cinco futbolistas, con el fortachón Riki arriba más solo que el llanero. Ni con desventaja en el marcador se atrevió Caparrós a ordenar con firmeza a sus futbolistas dar un paso hacia adelante. Visto lo visto, se entiende que el Deportivo sólo haya logrado dos victorias a domicilio en todo el campeonato, además de ser el segundo equipo que menos goles marca.
Queda claro que en esta clase de partidos trabados, todo depende de la inspiración de los malabaristas. Y Ronaldinho entendió desde el primer minuto lo que necesitaba su equipo. El Barcelona, sin fluidez en ataque, lento en la circulación e incapaz de desbordar con paredes el complejo entramado defensivo deportivista -Xavi e Iniesta acusaron especialmente su doble compromiso con la selección nacional-, parecía condenado a sufrir. Primero para abrir la lata, y luego para que no le robaran la comida.
En 43 minutos, los azulgrana sólo habían disparado una vez entre los tres palos, y fue mediante un tiro de falta. Hasta que Ronaldinho decidió que había llegado la hora de abusar de Coloccini en un contragolpe mortal. El Deportivo, que venía de lanzar un córner, corría por primera vez hacia atrás. Xavi cedió al diez, y éste, después de sortear al lateral argentino en la zona de tres cuartos, levantó el cuero por encima de la zaga gallega al interior del área. Messi, solo ya ante Aouate, controló con el pecho y fusiló sin contemplaciones al interior de la portería.
A partir de aquí, el giro del guión fue el esperado. El Barcelona se echó al monte, y comenzó el segundo tiempo arrinconando a un rival ya atemorizado. Por instantes los azulgrana recuperaron el juego de toque ante la creciente desesperación deportivista. Tanto se crecieron los de Rijkaard que dibujaron una jugada espectacular para colocar el segundo gol en el marcador. El balón pasó vertiginosamente por las botas de Ronaldinho, Iniesta y Xavi antes de que Andrade intentara salvar lo inevitable. El rechace lo agarró Eto'o en la frontal, y el camerunés mató el encuentro. El Barcelona entendió que ya era suficiente, que el gasto de gasolina era ya del todo innecesario, y dejó que el Deportivo se le subiera a las barbas.
La salida de Adrián al campo fue el estímulo por el que tanto suspiraban los gallegos. En apenas media hora, el chaval arrebatado al Oviedo el pasado verano tuvo tiempo suficiente para dejar a la defensa barcelonista en evidencia. Marcó su primer gol en Primera después de un fallo garrafal de Gio, se permitió el lujo de sortear a un veterano como Thuram y estrelló dos balones contra un gran Valdés que evitó dos tantos, el último con el tiempo casi cumplido.
Los de Caparrós apretaron hasta el final aprovechándose de la desgana azulgrana, aunque ya no llegaron a tiempo ante un Barcelona sudoroso y que se asegura una semana más el liderato.