No es su primer regreso -el año pasado el Mallorca ganó-, pero desde que estuvo en el Calderón nadie pudo mejorar los números de Manzano. Aunque él piensa que este año sí. «Están sumando puntos. Si logran entrar en Europa no será Aguirre el que mejore a Manzano. Será el Atlético el que se mejore a sí mismo», explica a través del teléfono horas antes de coger el avión hacia Madrid. Aunque no lo diga, por respeto, piensa que la hazaña no tendrá el mismo mérito. La plantilla que hoy ofrece el Atlético es mucho mejor que la que le dieron a él. Siempre recuerda el primer día de entrenamiento, en el verano de 2003. Saltó al campo y se encontró con 37 futbolistas.

«Son dos épocas distintas. Hoy, el Atlético tiene un gran bloque pese a las lesiones, y ya es hora de que la inversión realizada se traduzca en la clasificación. Poderoso caballero es don dinero ¿no?», pregunta, en el ocaso de una semana «con más llamadas de lo normal desde Madrid», pero con poca historia más: «Volver al Calderón ya no es especial». Si acaso, por estrechar la mano de la mejor relación que dejó a la orilla del Manzanares. No ha podido ver a Fernando Torres en Mallorca, aunque sí recibió un mensaje en su móvil con la promesa de dos goles. «Ojalá haga dos goles, siempre y cuando nosotros hagamos tres», se ríe, y resume: «Fernando es un crack. Es un jugador muy maduro para su edad, y como persona, un 10».

El Niño es una de sus grandes zozobras para hoy. «Tendremos que incidir en el orden defensivo, y luego elegir muy bien nuestras opciones de ataque», anuncia antes de medirse a un equipo donde no estarán Maniche y Seitaridis, y sí Antonio López y Pablo. Manzano prefiere no pensar qué hubiera sucedido si, pese a quedarse fuera de la UEFA por el goal-average, le hubiesen dado continuidad, aunque la decisión de no seguir la tenía tomada dos meses antes de esa última jornada de 2004, visto que, según él, no confiaban en su trabajo.

«Vaya usted a saber dónde hubiéramos podido llegar, pero lo cierto es que la mayor parte del trabajo ya estaba hecho. Habíamos pulido la plantilla, sabíamos a qué jugábamos...», deja caer, sin reproches, un técnico que dejó al equipo séptimo, con 55 puntos, 15 partidos ganados, 10 empatados y 13 perdidos. Hoy, los chicos de Aguirre ocupan plaza europea, 43 puntos, 12 ganados, 7 empatados y 8 perdidos. Ocurre que en la segunda vuelta, el equipo lleva ya cuatro derrotas, las mismas que en todo el primer parcial. «Ya no hay más margen de error. No la podemos cagar más», advierte Aguirre, otro entrenador que, aunque sea por un gol, si no logra un billete para el Viejo Continente pasará a engrosar una de las listas más largas de la historia de las listas. La de ex entrenadores del Atlético.