JAVIER EXPOSITO
A un paso del podio. Concretamente, a 1.18 segundos. Pese a quedarse sin medalla en la final de los 800 metros libre del Mundial, Erika Villaecija salió orgullosa de la calle seis de la piscina del Rod Laver Arena. Y no era para menos. La joven nadadora catalana batió ayer el récord de España de la distancia, registro que ella misma ostentaba desde la final de los Juegos Olímpicos de Atenas 2004.
Su tiempo (8:27.59), 1.05 mejor que su antigua plusmarca, sólo pudo ser superado por la estadounidense Hayley Peirsol y las dos grandes favoritas, la francesa Laure Manaudou, que en esta ocasión fue plata, y la norteamericana Kate Ziegler.
«Estoy muy contenta, parece que sea el Campeonato de los cuartos puestos, pero estoy muy satisfecha porque he rebajado mi marca y he hecho un nuevo récord». La barcelonesa, cuarta también en la prueba de 1.500 hace cinco días, tiene motivos para irse satisfecha de Australia: tres récords nacionales (el de ayer más dos en 1.500) y dos cuartos puestos, mejorando el sexto lugar de Montreal'05.
A sus 23 años, parece que lo mejor está por llegar, como ella misma señala. «Los resultados de este Mundial me motivan a seguir entrenándome fuerte para los Juegos de Pekín. Allí mi objetivo es la medalla», apuntó a Efe.
Pero el de Villaecija no fue el único registro nacional quebrado ayer. Marcos Rivera marcó un nuevo récord de España en las semifinales de los 1.500 metros libre (15:08.95), aunque no le valió para clasificarse. «Hay mucho nivel y seguro que otro año me hubiera servido para entrar en la final», apuntó el fondista, que con esta nueva marca mejora en seis segundos el anterior registro de Frederick Hviid, en su poder desde los Juegos de Sydney 2000.
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