Hay muchas maneras de hacer Historia y Joan Llaneras escogió la más espectacular. Ni siquiera en sus mejores sueños el corredor de Porreres habría podido imaginar una tarde como la de ayer. Conseguir el séptimo título mundial, con una exhibición portentosa y en casa, en un velódromo repleto de aficionados extasiados.
Sin embargo, incluso los sueños tienen un cuarto oscuro donde también hay tristezas y el ciclista mallorquín guarda una enorme. El triunfo de ayer era el récord, la Historia con mayúsculas, el nombre en lo más alto del Olimpo del pedal, pero también era el homenaje a Isaac Gálvez. La trágica muerte del corredor catalán sumió a Llaneras en una depresión de tales dimensiones que incluso llegó a plantearse no disputar un Mundial diseñado para él. Por ello, una vez que regresó con fuerza a la tarima, decidió que iba a ser para mirar al cielo desde lo más alto del podio y dedicarle el que, sin duda, es el triunfo con más valor simbólico de Joan Llaneras.
La ausencia de su eterno compañero en madison obligó al corredor mallorquín a emplearse a fondo en la especialidad de puntuación, donde ya había conseguido tres mundiales, un oro en los Juegos de Sydney 2000 y una plata en la cita de Atenas de 2004. «Llego para ganar», reconocía en la jornada previa a la final. Y ganó. Y lo hizo sobrado, ofreciendo un memorable recital y superando definitivamente la mítica plusmarca de títulos mundiales en poder de Guillermo Timoner.
Homenaje.
Además de otorgar el primer oro a la delegación española, el corredor de Porreres dio aún más razón de ser a un Mundial organizado como homenaje a la larga saga de campeones mallorquines de ciclismo en pista, ahora mismo representados por el que, ya es, datos en la mano, el mejor de todos los tiempos.
Era consciente Llaneras de que iba a ser el corredor más vigilado de la carrera. Obligado por el palmarés y por la grada, el pistard balear se echó la responsabilidad sobre la espalda, donde ya tenía pegado al griego Tamouridis. Después de 30 vueltas, el español y otros nueve corredores cogieron vuelta. Esto sirvió de impulso para el mallorquín, que comenzó a aparecer en los sprints.
En la séptima vuelta, el ciclista nacido en Porreres ya encabezaba la clasificación general, ante el delirio de la platea. Los puntos iban cayendo, pero Llaneras tenía piernas y cabeza para mucho más. De pronto, cuando faltaban todavía 57 vueltas, el pistard español salió del pelotón como una centella. Aquello era el éxtasis para unos aficionados entregados a su ídolo. Joan Llaneras apretó los dientes y aplastó a sus rivales en apenas 16 giros, los que tardó en doblarlos para lograr unos puntos decisivos respecto del belga Itjo Keisse y el ruso Mikhail Ignatiev, segundo y tercero, respectivamente.
Después llegaron los abrazos, las lágrimas, el recuerdo al amigo perdido, el delirio. «El esfuerzo que se ha hecho para construir el velódromo Palma Arena y organizar el Mundial ha hecho que la ilusión fuese triple», indicaba un emocionadísimo Joan Llaneras poco antes de subir al podio para recoger su dorado metal. «¿A quién va dedicado este triunfo?», le preguntaron. «¡Qué queréis que os diga...!», respondió con cara de circunstancias porque, ahora más que nunca, el arcoiris del maillot de campeón llega hasta el cielo.
LOS OROS DE LLANERAS
Mundial 2007. Puntuación.
2006 . Americana (con Gálvez).
2000. Puntuación.
1999. Americana (Gálvez).
1998. Puntuación.
1997. Americana (Alzamora)
1996. Puntuación.
LOS OROS DE TIMONER
Mundial 1965. En semifondo.
1964. Semifondo.
1962. Semifondo.
1960. Semifondo.
1959. Semifondo.
1959. Semifondo.