«La visita es necesaria en un momento importante para el futuro de Cuba, que a su vez es importante para España», aseguró ayer en Bremen el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que mañana emprende una visita oficial de dos días a la isla acompañado de las secretarias de Estado para Iberoamérica y de Cooperación Internacional, Trinidad Jiménez y Leire Pajín, respectivamente.
Esta visita será la primera de un ministro de Exteriores español desde 1998, así como la primera de un titular europeo desde 2003, fecha en la que Bruselas decidió endurecer su política hacia la isla tras la condena de 75 disidentes. Esta situación se mantuvo hasta 2005. El presidente cubano, Fidel Castro, siempre achacó el enfriamiento de las relaciones con Madrid al anterior inquilino de La Moncloa, José María Aznar, y a su cercanía con el presidente de EEUU, George Bush.
El ministro respondía así a las críticas del Partido Popular, que ha exigido al representante del Gobierno español que dé un apoyo «público» a la disidencia, que pida una liberación «masiva» de presos y que logre el compromiso de que la isla emprenderá «inmediatamente» reformas democráticas «tangibles».
«Escuchamos a la oposición, pero no compartimos sus críticas», respondió Moratinos, quien recordó que la política del anterior Ejecutivo dio «pocos resultados».
En un receso del encuentro informal de ministros de Exteriores de la UE en Bremen (Alemania), el ministro apostó por un diálogo «fluido y firme» y una interlocución con «todos los sectores» cubanos «para tener capacidad de influencia en las autoridades cubanas». «Algo que entiende la mayoría de los españoles. España no puede estar ausente de Cuba», añadió el ministro.
El titular de Exteriores y Cooperación español afirmó no tener aún cerrada la agenda del viaje por lo que, aseguró, no excluyó encuentros personales con representantes de la disidencia en la isla. En todo caso, aseguró que «no hay indicios» de que vaya a mantener un encuentro con el líder cubano, Fidel Castro, al que, en varias ocasiones, se refirió como el «comandante Castro».
En cambio, sí se reunirá con su hermano, Raúl Castro, que asumió el poder en el país provisionalmente tras la enfermedad secreta que sufrió el presidente el pasado verano. Moratinos también se verá con su homólogo cubano, Felipe Pérez Roque, con quien acordó la visita de mañana el pasado 17 de marzo, durante un encuentro en Madrid.
Moratinos se refirió a la propuesta de la Presidencia rotativa alemana de la UE sobre una estrategia que promueva la vuelta a un diálogo tras varios años de congelación. En su opinión, el ministro apostó por «dejar a los cubanos que definan su propia estrategia de futuro».
«Desde luego, no nos negamos a discutir nada, pero queremos ver la evolución y el desarrollo de esa situación», señaló, Moratinos añadiendo que cuando regrese del viaje compartirá el resultado con sus socios europeos. «España tiene algo que decir sobre Cuba», subrayó.