23 de marzo:

Londres anuncia que 15 marinos británicos que inspeccionaban un barco mercante en aguas territoriales iraquíes han sido aprehendidos por navieras iraníes. Gran Bretaña exige el retorno inmediato de los militares, así como una «explicación completa» de Teherán. La República Islámica afirma que los marinos se «habían adentrado ilegalmente en aguas territoriales iraníes».

24 de marzo:

Irán acusa a los marinos de adentrarse con conocimiento de causa en sus aguas y habla de «acción contraria a las leyes internacionales». Los soldados -entre ellos, una mujer- son transferidos a Teherán.

26 de marzo:

La República Islámica afirma que los detenidos deberán «responder» por la violación de sus aguas. Irak señala que los marinos estaban en aguas iraquíes.

27 de marzo:

Londres reclama el acceso consular a los detenidos para verificar su estado de salud.

28 de marzo:

Apoyándose en documentos, Londres intenta probar que sus marinos fueron capturados a 3,15 kilómetros en el interior de aguas iraquíes. Irán establece su posición a 0,5 kilómetros al interior de sus aguas. Gran Bretaña congela sus relaciones con Irán. La televisión iraní difunde las primeras imágenes de los cautivos, mostrando a la joven militar Faye Turney cubierta con velo. En una carta manuscrita, Turney admite haber penetrado en aguas iraníes. Londres juzga las imágenes «inaceptables».

29 de marzo:

Teherán da a entender que los detenidos podrían ser procesados. Turney afirma en una nueva carta que las tropas británicas deben abandonar Irak. El Consejo de Seguridad de la ONU demanda la «pronta resolución del problema».

30 de marzo:

Ahmadineyad exige a Londres que pida excusas. Irán publica una tercera carta de Turney diciendo que ha sido «sacrificada por los políticos británicos y estadounidenses». Otro de los marinos sale en televisión para admitir haber penetrado en aguas iraníes. La UE exige la liberación inmediata de los militares británicos.

31 de marzo:

El embajador de Irán en Moscú insinúa que procesarán a los 15 marinos.