SAHAL ABDULLE. Reuters / EL MUNDO
MOGADISCIO.-
Las numerosas víctimas abarrotaban los hospitales de la capital somalí, ayer, en el tercer día consecutivo de bombardeos sobre Mogadiscio, mientras las tropas etíopes y somalíes -respaldadas por helicópteros- atacaban a los rebeldes islámicos y las milicias de los clanes tribales.
Un gran número de civiles han muerto en los combates que el Comité Internacional de la Cruz Roja califica como los peores enfrentamientos en la capital desde hace más de 15 años. El Ejército etíope -que respalda al Gobierno somalí en su lucha contra los rebeldes- afirma que sus soldados han matado a más de 200 «milicianos armados» de un movimiento radical islámico que ya fueron expulsados de Mogadiscio a principios de año. La población, aterrorizada, es testigo de las ráfagas de artillería que comienzan a batir la ciudad horas antes del atardecer. Muchos civiles afirman que la ciudad está siendo bombardeada indiscriminadamente. «Quienquiera que sea el que esté haciendo esto, no es humano», sentencia Salado Yebarow, residente de Mogadiscio.
Los hospitales se las arreglan para atender a los heridos, pero muchas de las víctimas ni siquiera llegan a los centros de salud a causa de las batallas. Incluso los médicos quedan atrapados en los enfrentamientos. Miles de personas han huido de la capital y largas filas de gente salían a pie con las primeras luces del día de ayer. «Mogadiscio está presenciando el éxodo más grande nunca visto en la pasada década», afirma la radio independiente Shabelle en su página web. «Todas las tiendas están cerradas y las calles han sido abandonadas», prosigue. Los combates se recrudecieron el viernes, después de que los insurgentes derribaran un helicóptero etíope.
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