Domingo, 1 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6314.
OPINION
 
Editorial
CONTRA LA JACTANCIA DE BATASUNA, NADA COMO LA DETENCION DE ETARRAS

Más de lo mismo. Así podría resumirse el acto que ayer celebró la izquierda abertzale en Baracaldo, un macromitin en el que la única condición, según dictaba el surrealista auto del juez Garzón, era no mencionar a la nueva formación Abertzale Sozialisten Batasuna (ASB). Los promotores accedieron por escrito a respetarla, pero luego se burlaron de ella: mantuvieron el anagrama del nuevo partido, presentaron a sus candidatos e incluso su programa... siempre sin nombrarlo.

Fue más de lo mismo porque los argumentos utilizados tanto por Otegi como por Barrena han sido ya escuchados hasta la saciedad. «No aceptaremos nada por debajo de la territorialidad -es decir, Navarra- y la autodeterminación», clamaba este último, mientras el primero aseguraba que la izquierda abertzale estará en las elecciones de mayo «tal y como es» y sin «disimulos». Todo un desafío que en los próximos días se materializará de nuevo en forma de listas.

Puesto que la permisividad ha caracterizado la actuación del Gobierno respecto a los batasunos, resulta tranquilizador que esta semana hayamos comprobado también que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continúan su lucha contra la banda terrorista. Según la Guardia Civil, los siete detenidos podrían estar detrás de 24 atentados entre 2004 y 2006, y se han localizado más de 170 kilos de material para explosivos. Es la operación de mayor éxito contra la banda en España desde que gobierna Zapatero, y a Rajoy le ha faltado tiempo para congratularse por ella y dar a entender que ahí el presidente le tendrá siempre de su lado.

Lo ocurrido demuestra que el Gobierno no ha bajado la guardia y que es injusto sacar conclusiones categóricas contra Zapatero en base a episodios concretos. La mejor prueba son estas detenciones.

Los hechos apuntan a que la estrategia del Gobierno es ayudar en lo posible a Batasuna a convertirse a la democracia mientras sigue persiguiendo a ETA. Sin embargo, tratar de distinguir a la banda de su brazo político mientras sus respectivos integrantes no quieran hacer esa distinción es un esfuerzo inútil que sólo contribuirá en último término al fortalecimiento de ETA.

Lo que las detenciones y el material incautado demuestran es que la banda terrorista nunca ha estado realmente en tregua y que nunca ha dejado de prepararse para cometer el siguiente crimen. Permitir ahora que Batasuna concurriese a las elecciones y volviese a estar presente en las instituciones constituiría un balón de oxígeno para ETA que la democracia no puede permitirse.

Precisamente por eso, Zapatero debería escuchar con atención a Barrena cuando ayer se jactaba de que «la lucha mantenida por la izquierda abertzale ha provocado la actual crisis del Estado español». No puede referirse a otra crisis que a la de haber conseguido dividir a los dos grandes partidos nacionales en su lucha contra el terror. Los batasunos incluso hicieron suyo ayer el argumentario socialista de comparar al PP con «el fascismo y la ultraderecha» para pedir al PSOE que «rompa amarras» y se una a ellos. Una vez más, solicitamos al presidente que no rompa esos leves hilos y regrese al Pacto contra el Terrorismo donde le ha querido siempre la gran mayoría de los ciudadanos.

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