El Barça de baloncesto vuelve a funcionar. Después de un inicio de temporada titubeante, impropio de la fuerte inversión realizada por el club para reflotar tan emblemática sección, huérfana de títulos en las últimas campañas, el conjunto que entrena Dusko Ivanovic ha protagonizado toda una metamorfosis en la Liga. Un cambio radical que le permite afrontar con esperanzas renovadas tanto el campeonato nacional como una Euroliga en que Panathinaikos, sobre todo, y el CSKA de Moscú parten como los grandes favoritos. Así lo demuestra la contundente victoria lograda ante los griegos en el último partido del Top 16. La ambición azulgrana y la desidia visitante permitieron devolverles la pelota tras la abultada derrota en Atenas (102-82) y acabar con un punto a favor en el average particular (87-66).
Esta noche (20.45 horas, C33), los de Ivanovic pondrán a prueba su renacimiento ante Unicaja, en el primer partido del play off de cuartos de final de la Euroliga en busca de la primera de las dos victorias que abrirían las puertas de la Final Four de Atenas. En la ACB, el encuentro que disputaron ambos conjuntos en la primera vuelta de la Liga, cuando los azulgrana daban una de cal y una de arena semana tras semana, se saldó con una victoria local por 80-77. El camino europeo no ha sido demasiado difícil para los de Ivanovic. Las cosas se torcieron levemente en la recta final de la fase regular, solventada con cinco derrotas en catorce partidos, tres de ellas en las últimas cuatro jornadas, para dar paso a casi un paseo militar por el Top 16, con una derrota en el intrascendente partido ante el Efes Pilsen en Turquía (82-78) que se sumó a la encajada frente al Panathinaikos en Grecia (102-82).
Llegar a Atenas parece más que posible. Una vez allí, el Panathinaikos, tal vez el gran favorito, el CSKA de Moscú, que venció a los de Ivanovic en la fase regular de la Euroliga por partida doble (76-57 y 70-78) o el Maccabi parecen partir en parte con ventaja.Los israelíes, vigentes campeones, no obstante, se miden a los rusos en los cuartos de final, mientras que el Panathinaikos se mide al Dynamo de Moscú. El Tau, que se enfrentará a Olympiacos, mientras, puede ser otro de los escollos para lograr una segunda Euroliga que, por ahora, y a pesar de la mejoría, parece poco menos que una utopía, dada la entidad de los rivales.
Ivanovic quiere ver en Europa la mejor versión de su Barça. «Nuestro objetivo, como el de toda la temporada, sigue siendo el de hacer una buena defensa para lograr una mayor confianza a la hora de jugar nuestros ataques. Por eso, si queremos estar en Atenas, habrá que defender muy bien, cerrar el rebote y no permitir que ellos tengan segundas opciones», señaló ayer el técnico azulgrana.«La clave será ganar, por lo menos, uno de los partidos en Málaga», agregó.
Si ganar la Euroliga parece complicado, dado el nivel de los rivales directos, las sensaciones son mucho más positivas en la ACB. El punto de despegue, tal y como admiten los propios jugadores, fue el título alcanzado en la Copa del Rey. Ése fue el revulsivo, el golpe de autoridad moral que necesitaban para sacudirse todos los factores que habían lastrado su progresión en las primeras semanas de la competición. En la ACB, suman siete victorias en siete partidos, la última lograda el sábado ante el Vivemenorca, y han logrado escalar desde la sexta hasta la tercera plaza en seis jornadas. Alcanzar a los líderes es tal vez todavía una utopía, ya no tan lejana, pero desde luego parece más que factible sorprenderlos en los play offs. El triunfo logrado hace tres semanas ante el Real Madrid es la prueba más palpable de ello. El conjunto blanco, líder anotador de la Liga, se llevó el dudoso honor de ser el equipo que menos puntos ha logrado en una primera parte en el Palau esta temporada.
La defensa, una de las grandes obsesiones de Dusko Ivanovic, está funcionando últimamente tal y como deseaba el técnico, mientras que el ataque también cuenta ahora con aquella velocidad en la transición que deseaba inculcar el serbio. Si se hace bien, la mejor filosofía que puede aplicarse en Europa. Eso dicen sus jugadores. Antes de la Copa del Rey, el Barça había encajado nueve derrotas en 20 partidos, con 1.538 puntos a favor y 1.439 en contra. Es decir, una media de unos 77 anotados por 72 encajados por encuentro.
En los últimos siete partidos, la media favorable se ha disparado hasta casi 84 puntos por encuentro, e incluso ha aumentado ligeramente la intensidad defensiva. Y el entrenador, con el nuevo panorama, se ha permitido aparcar en parte las facetas más ásperas de su fuerte carácter. «Ahora hay menos broncas, da más ánimos desde la banda, pero los entrenamientos son tan fuertes como siempre», aseguran desde el vestuario barcelonista.