Si Lladó ya cuenta con una batería de propuestas para cada uno de los sectores de la cultura catalana, todas emanan de una idea común: «Si la cultura es un bien público ha de conseguir llegar al consumidor; no se trata de producir para después arrinconar sino de conseguir mayor difusión», asegura y añade que para conseguirlo habrá que «reasignar prioridades» en función de los sectores.

Cine. Explica el nuevo responsable del Icic que la última hornada de cine catalán estuvo integrado por unos 70 títulos, de los que algo más de una tercera parte tuvieron una «difusión bajísima».y estas mimbres le sirven de argumento para apuntar la necesidad de un cambio en la asignación de las subvenciones y del reajuste en los márgenes de riesgo que se deben asumir desde la Conselleria.«Debe haber una tasa de riesgo, pero la apuesta debe estar en los proyectos con posibilidades de recorrido comercial», explica.Y concluye: «No se trata de destinar menos recursos, sino de repartirlos de otra manera».

«Tal y como hasta ahora se se han dado las subvenciones se ha ayudado a generar actividad industrial, pero indudablemente las ayudas no han cumplido con su finalidad». Estos cambios, de momento sólo enunciados, se están discutiendo actualmente con las tres asociaciones de productores catalanes y también con los exhibidores.Con ellos también se intentará consensuar la nueva Llei del Cine que la Generalitat prevé aprobar en 2008, aunque Lladó avisa de que para definirla habrá que estar muy pendiente también de los derroteros de la ley del cine española.

Música. Será uno de los sectores en los que más cree Lladó que tendrá que intervenir el Icic para ayudar a la industria catalana a afrontar la transformación digital. Con este fin ya están poniendo las bases, tal y como avanzó el conseller Joan Manuel Tresserras en su comparecencia ante el Parlament, de la creación en Internet de un portal de pago que permita descargar música catalana. En la misma línea se está organizando, para finales del próximo mes de mayo -coincidiendo con el Primavera Sound-, unas jornadas que, bajo el título Digital Music 2.0.(Més enllà de la confusió, sorgirà una nova perspectiva de música digital. Ja la podem començar a modelar?), reunirán a expertos como el presidente de Napster, Brad Duea, o el músico de Simply Red Mick Hucknall.

Libro. Aunque fue el Icic quien recibió las transferencias de capital del Ministerio de Industria destinadas a ayudar a la industria editorial con motivo de la Feria del Libro de Frankfurt no será él quien las gestione ya que se ha decidido traspasar la partida al Institut Ramon Llull que, tras las últimas autonómicas, ya no depende de Cultura sino de Vicepresidencia. Apartado de este cometido, uno de los retos que se autoimpone Lladó es el de intervenir para intentar corregir el impacto del auge de las grandes superficies en la venta de libros; es decir, buscar fórmulas de ayuda para las librerías tradicionales que, según el director del Icic, son los «principales prescriptores del libro en catalán».

Teatro. Antoni Lladó parece partidario de que si algo funciona lo mejor es no tocarlo. Y ésta será su opción en el sector teatral.«El sistema teatral catalán disfruta de una salud más que notable», concluye el director del Icic.

Política lingüística. Las medidas de fomento del catalán dependen de Vicepresidència y no de Cultura pero a través de las subvenciones el Institut de les Indústries Culturals también ayuda a favorecer el uso del idioma. «Desde el Icic hacemos una política de incentivos», explica Lladó, que intenta acabar con la extendida idea de que la industria editorial en catalán está muy subvencionada. «Sólo recibe el 1,5 por ciento de su facturación. ¿Es eso mucho?», corrige impresiones erroneas el director del Icic que, desde que accedió al cargo a principios del pasado mes de febrero, sólo ha aprobado una medida concreta: no subvencionar el doblaje al catalán de producciones catalanas pero rodadas en castellano.«¿Qué sentido tiene doblar al catalán a Banderas o Resines?», cuestiona.

Festivales. Sin cambios a la vista. Sitges seguirá dedicado al cine fantástico, aunque apunta Lladó, que quizás se busquen nuevas fórmulas para que sirva de escaparate a la producción catalana. Tampoco se esperan cambios en los modelos del Festival de Música Viva de Vic -pese a que corrían rumores de que se limitará la presencia de cantantes de fuera- y el la Fira de Teatre al Carrer de Tàrrega.