La medalla de Melbourne es el primer éxito de un bloque nuevo, ideado por Rafael Aguilar, un preparador de 46 años, que en 2004 tomó el relevo de la gloriosa generación encabezada por Joan Jané. Ahora, con el recuerdo y ejemplo de Estiarte o el fallecido Jesús Rollán, sus chicos encaran los Juegos Olímpicos del próximo año con el mejor impulso posible. Aguilar, amante de la tecnología, fue internacional con España y entrenó durante 11 años al Tarrasa antes de hacerse cargo de la selección.
Pregunta.- ¿Se vio ganador en los penaltis ante Serbia?
Respuesta.- Tras perder en la prórroga contra Hungría, temí que la suerte tampoco nos ayudara, pero sabía que mis jugadores resistirían. Demostraron una madurez fantástica.
P.- Su plan de relevo generacional avanza con éxito.
R.- Estamos encarando la fase decisiva del ciclo olímpico y el resultado en Melbourne afianza el espíritu del equipo, tras el bronce también el pasado año en el Europeo. Los jugadores están cogiendo experiencia y exhibiendo temple en los partidos duros por las medallas.
P.- Defina al waterpolo español, un deporte con éxitos internacionales y bajo número de licencias.
R.- Se trata de una modalidad con tradición y mucho nivel en focos concretos de España. Existe una cultura del esfuerzo y el trabajo heredada de anteriores generaciones que se aplica desde que los jugadores son jóvenes. Además, cada vez hay más clubes, no sólo en Cataluña.
P.- ¿Se expande el waterpolo?
R.- Vamos ampliando nuestro deporte en otros lugares, como Andalucía, donde cada vez hay mejores equipos. En España se han duplicado las licencias en los últimos 10 años.
P.- ¿Guillermo Molina, el MVP del Mundial, es el heredero de Estiarte?
R.- Es distinto, pero también muy poderoso. Me parece el mejor defensor del mundo. Su consistencia en ataque da muchas variantes al equipo.
P.- Es duro entrenar al equipo en una piscina al aire libre.
R.- Eso nos pasa en el Centro de alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat, donde compartimos pileta con las chicas de natación sincronizada y, a veces, nos hemos entrenado a cinco grados bajo cero. Todo eso es muy complicado.
P.- Usted es un apasionado de la tecnología.
R.- Creo que hay que aprovecharla, porque es útil para mejorar el rendimiento. La época de apelar simplemente a la garra pasó en el deporte español. Hay una generación de entrenadores jóvenes que estamos introduciendo novedades. Si sé que un nuevo programa de software me aporta una serie de datos interesantes, intento conseguirlo.
P.- Comparte ideas con otros seleccionadores de éxito como Pastor o Pepu Hernández.
R.- Sí, también con Maurits Hendricks del hockey hierba. Hay elementos comunes en nuestros deportes e intento mantener una relación fluida de intercambio de información. Tenemos en España grandes expertos en biomecánica o fisiología.
P.- ¿Lograr ya la plaza para los Juegos cambia su calendario de preparación olímpico?
R.- Lo aligera mucho, lo que nos permitirá dar más descanso a los jugadores, que prácticamente llevan tres años sin vacaciones.
P.- ¿Le ha sorprendido el rendimiento de su equipo?
R.- Tenía plena confianza en ellos, a pesar de ser un bloque muy joven.