La operación realizada por la Guardia Civil contra el comando Donosti ha permitido descubrir una figura con escasos o sin ningún precedente en la estructura operativa de ETA. Se trata de una especie de coordinador de comandos del que se ha acreditado que tuvo relación con los detenidos tras el hallazgo del zulo de Amorebieta a finales del mes de diciembre pasado y que ha tenido contacto con José Angel Lerín, el jefe del comando Donosti, desarticulado en los últimos días.
Según las informaciones recabadas por los agentes que están realizando la investigación, este coordinador es un liberado, un terrorista con antecedentes y fichado por las Fuerzas de Seguridad que ha logrado escapar de esta operación.
Su identidad ya fue comprobado a finales del año pasado porque sus huellas fueron encontradas en los paquetes de material explosivo y en los objetos localizados el 23 de diciembre en una zona boscosa de la localidad vizcaína de Amorebieta. Un material que estaba destinado, según algunas hipótesis, a la ejecución de un atentado previo al que la banda terrorista llevó a cabo contra el aeropuerto de Barajas y en el que fueron asesinados los ciudadanos ecuatorianos Diego Armando Estacio y Carlos Alonso Palate.
En aquel caso, el contacto del citado liberado con el comando se consideró tangencial. Sin embargo, en esta ocasión ha quedado comprobado que este terrorista se reunió en Guipúzcoa con Lerín, el jefe del comando Donosti, para darle instrucciones.
Lerín había entrado en el País Vasco en mayo procedente de Francia, provisto ya entonces de determinadas órdenes recibidas personalmente de Garikoitz Azpiazu Txeroki, jefe del aparato militar. El paso de la frontera lo hizo con otro de sus compañeros de comando que, poco después de instalarse en el País Vasco, empezó a sentir cierto temor y prefirió cruzar de nuevo la frontera.
Según las investigaciones policiales, lo que hizo el coordinador fue actualizar las directrices de las que disponía el jefe del comando Donosti. Se sabe que este terrorista participó en 2002 en varias acciones de violencia callejera y que, después, pasó a formar parte de un comando de información denominado K-Zelatun, que se marcó como objetivo recoger datos sobre escoltas; pasó tres meses en prisión y, cuando salió, regresó a Francia. No se le pudo localizar en diciembre y ahora ha vuelto a zafarse de las Fuerzas de Seguridad.
En ocasiones anteriores, ha habido etarras que han orquestado el funcionamiento de lo que se dio en llamar el complejo Donosti, un conjunto de comandos que estuvo perpetrando atentados en Guipúzcoa. Sin embargo, dada la tendencia de ETA a compartimentar sus estructuras por razones de seguridad, han sido pocos los precedentes de etarras cuya función ha incluido trabajar con varios comandos.
MADRID.- El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ordenó ayer la prisión incondicional de seis de los siete detenidos la semana pasada, a petición del fiscal Vicente González Mota. Junto a José Angel Lerín, el magistrado acusa a dos de ellos de integrarse en el 'complejo Donosti' y a otros tres de colaborar con ETA.
En su auto de prisión, el juez indica que el pasado mes de mayo Lerín se integró en el 'comando Urederra' y mantuvo contacto con el jefe de comandos, 'Txeroki'. El grupo se encargaba de reunir datos sobre posibles objetivos en Guipúzcoa. El auto menciona expresamente a Fernando Savater, pero no hace referencia a Maite Pagazaurtundua. Los objetivos alcanzaban a un policía nacional de San Sebastián y al testigo protegido del 'caso Lasa y Zabala' Pedro Luis Miguéliz, 'Txofo', así como a dos 'ertzainas' de Tolosa.
Por su parte, las funciones de Juan Carlos Herrador dentro del 'complejo Donosti' eran muy variadas: actuaba como 'lanzadera' y correo, transportaba a otros etarras, así como material de la banda, recababa informaciones sobre objetivos y, además, captaba a nuevos miembros y colaboradores.
El tercer integrante encarcelado, Arkaitz Agote, reunía en su domicilio los datos sobre objetivos. Según el relato judicial, en su segunda etapa dentro de ETA preparó la colocación de 10 bombas para sembrar el caos en la 'operación salida' de agosto de 2005. Finalmente, los artefactos fueron empleados en otros atentados. Entre los tres presuntos colaboradores encarcelados ayer se encuentra Lorea Irigoyen, novia de Herrador, que a propuesta del miembro del 'complejo Donosti' ayudó a Lerín en sus desplazamientos. El juez atribuye la misma actividad al también colaborador Iñigo Orue.
Las tareas de la tercera colaboradora, Itziar Aguirre, eran más amplias. Se extendían a los últimos tres años e incluían dar alojamiento a etarras y hacerles de 'lanzadera'.
El juez dejó libre a Endika Zinkunegi, con la obligación de comparecer cada 15 días.