La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) alertó ayer a los servicios de Protección Civil de varias comunidades autónomas de la llegada de una nueva avenida del río mucho mayor que la de días pasados y similar a la que se produjo hace cuatro años.
«Nuestra prioridad absoluta es la defensa de las poblaciones», señaló ayer José Luis Alonso, presidente de la CHE, cuya Comisión Permanente de Avenidas permanece reunida desde la noche del pasado domingo.
La peor parte se la están llevando Navarra y Aragón, en especial la provincia de Zaragoza, con cortes en carreteras (12 vías navarras permanecieron cerradas ayer), desprendimientos, ríos desbordados e inundaciones de todo tipo. En muchos pueblos ribereños de Zaragoza todavía no se han repuesto de la crecida de hace unos días. Llueve sobre mojado, dicen las gentes del campo.
Alonso informó de que, debido a las fuertes lluvias, el deshielo y la nieve, la crecida del Ebro alcanzará hoy por la mañana casi los 3.000 metros cúbicos por segundo a su paso por Castejón (Navarra), punto de referencia.
En febrero de 2003 se produjo la mayor embestida del Ebro desde 1961. A su paso por Castejón, el río llevaba 3.200 metros cúbicos por segundo y tenía una altura de siete metros. Se inundaron más de 25.000 hectáreas de regadío en una crecida que afectó a más de una veintena de localidades y aisló a un centenar de personas.
«Nos enfrentamos a una avenida superior a la ordinaria que, dependiendo de su evolución, se puede ir aproximando a la de 2003», indicó el responsable del organismo de cuenca. Añadió que la avenida «coge un terreno totalmente saturado de agua y la velocidad del río será mayor».
A la CHE le «preocupan mucho» las lluvias torrenciales caídas en Navarra y el Alto Aragón (provincia de Huesca), donde también nieva, con desbordamientos de los ríos Arga, Ega, Irati, Arba, Gállego o Aragón, entre otros. Asimismo, pantanos como Yesa, El Grado, La Sotonera o Mediano están a rebosar, por lo que ha sido necesario desembalsar agua de algunos de ellos, que se sumará a la que lleva el Ebro.
Algunos municipios zaragozanos, como Novillas, Pradilla o Pina de Ebro, todavía no se han repuesto de los efectos de la riada de la semana pasada, en la que el agua rompió varios diques e inundó miles de hectáreas de cultivo que todavía permanecen bajo el agua.
Ayuntamientos y organizaciones agrarias reclaman que se agilicen las obras para limpiar el cauce del río para evitar las inundaciones.
Las obras de la Expo que se levantan en el meandro de Ranillas también han sufrido ya los efectos de la riada, a su paso por Zaragoza. Se han inundado los sotos de ribera, los canales y las balsas del Parque Fluvial, así como los sótanos de la Torre del Agua y de un hotel en construcción, mientras que la planta cementera de la que se surten las obras está paralizada.