Martes, 3 de abril de 2007. Año XIX. Número: 6.316.
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La razón se compone de verdades que hay que decir y verdades que hay que callar (Rivarol)
 MADRID
FERNANDO OLMEDA / PERIODISTA Y ESCRITOR
«Hay mucha falta de respeto»
CON MUCHA CARA / «Se ha transformado la naturaleza del periodismo» / «La búsqueda de la verdad sigue siendo una actividad subversiva» / «Sigo pensando que se sabe poco de la trama civil del golpe del 23-F» / «En Madrid, la gran ciudad, encuentras anonimato y más posibilidades» / «Mi libro es una crónica sentimental de los 80 donde van a encontrar muchas claves de su experiencia personal»
JAVIER LORENZO

El retrato de una época efervescente. Eso es Contraseñas íntimas, el nuevo libro del periodista Fernando Olmeda. A través de esas páginas se reproduce -entre otras cosas, como una hipotética conspiración alrededor del 23-F- lo que era el Madrid de la transición y de la movida y cómo veía todo aquello un ambicioso y joven periodista recién llegado de provincias. A alguno seguro que se le escapa un suspiro de nostalgia.

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Pregunta.- ¿El periodismo sigue siendo un sacerdocio?

Respuesta.- Dice Kapucinski que ya no hay «journalist», que hay «media workers». Se ha transformado la naturaleza del periodismo.Hay muchos trabajadores de los medios, pero ejercer el periodismo es muy complicado. El periodismo libre se ejerce hoy con alguna dificultad.

P.- ¿Es ésta una época muy aburrida? No es como en la época de la Transición.

R.- Pues yo creo que es un momento muy divertido, ahora. Llevamos cinco años de grandes convulsiones: desde el 11-S hasta la muerte del Papa, la guerra de Irak En el caso de España hay muchas cosas que contar. El cambio de milenio es muy seductor para el periodista. Y luego está la confrontación política, ¿no? (risas).

P.- ¿Hay algo peor que una rueda de prensa en la que no se admiten preguntas?

R.- Que los partidos políticos te sirvan la señal de un mitin, pero no te dejen meter cámaras en el mitin. Eso ocurre desde hace tiempo.

P.- ¿Cada vez se intenta controlar más a los periodistas?

R.- La información, la búsqueda de la verdad sigue siendo una actividad subversiva.

P.- ¿Habría que boicotear esos actos en los que no se da autonomía a los periodistas?

R.- En determinados casos ya se está haciendo. Pero tenemos la obligación de proporcionar información al ciudadano. Los plantes, según y cómo.

P.- Y si el público tiene ese derecho, ¿cómo se entiende que un partido político boicotee a un medio de comunicación?

R.- Ehhh Yo venía aquí a hablar de mi libro (risas). Bueno, esperemos que haya una rectificación inmediata. De hecho, muchos líderes del PP ya se han manifestado en ese sentido.

P.- Bueno, hablemos entonces de su novela. Esa conspiración que cuenta, ligada al 23-F, que no existió de verdad, supongo.

R.- Sigo pensando que se sabe poco de la trama civil del golpe del 23-F. ¿Quién sabe lo que oculta esa trama civil? ¿Quién es el Elefante Blanco? ¿Qué tramas financieras o empresariales lo alentaron? Pero lo que cuento en la novela es pura ficción. Probablemente no ocurrió. ¡O sí! Vaya usted a saber.

P.- El que va a Madrid no vuelve, dice uno de los personajes.Eso sigue siendo un axioma en los pueblos.

R.- Sí. Yo no tengo pueblo, porque nací en Madrid, pero es complicado volver al pueblo. Ser apátrida siempre es complicado, pero tiene sus satisfacciones también, porque en la gran ciudad encuentras el anonimato y más posibilidades.

P.- ¿Madrid es más acogedora con los que vienen de fuera que con los que viven aquí?

R.- Yo creo que sí. Aunque también hay un componente de rechazo al extranjero. Ya es un crisol y tan madrileño soy yo como el cacereño que vino en su momento o el ecuatoriano que ha venido ahora.

P.- Su novela habla de la vida en una frontera. ¿Madrid también es una frontera?

R.- Una entrevista cojonuda (risas). Madrid es una estación términi más que una frontera. O como mucho un intercambiador en el que se verifica un transbordo vital de una vida «a» a una vida «b» Es una gran estación en la que se recibe a gente cada día. Y cada vez hay menos fronteras entre los propios madrileños. Los inmigrantes ya compran uno de cada tres pisos.

P.- ¿Por qué presentó este libro en Cock? ¿Era una contraseña íntima?

R.- ¡Ja! Es un guiño. Allí todo evoca la época en la que transcurre la novela. Y es menos underground que el Morocco. Y ya el Rock-Ola no existe, así que sólo quedaba el Cock. Y prefiero Cock a Chicote.

P.- ¿Cuál es la contraseña fundamental para moverse por Madrid?

R.- El respeto. Interiorizar el sentido de la convivencia. Transmitir que hay que respetar las ideas de los demás. Y a la señora mayor que no tiene asiento en el metro Es un déficit en esta sociedad.Hay mucha falta de respeto. No es que nos den mucho ejemplo nuestros políticos, pero ésa es la contraseña, aunque no muy íntima.

P.- ¿Qué aporta con su libro?

R.- Es una evocación de un tiempo reciente. Invito al lector a que se reconozca en ese tiempo. Es una crónica sentimental de la España de los 80 donde van a encontrar muchas claves de su experiencia personal. Al menos para quienes conocieron Madrid en aquel momento. En cuanto a la ficción, te mantiene en vilo hasta la última página, y eso es lo mínimo que se le puede pedir a una novela.

RETRATO

Origen. Madrid, 1962. Currículo. Formado en la Ser. Ha trabajado en Telemadrid y Telecinco. Periodista y licenciado en Ciencias políticas. Autor de varios libros. Aficiones. El olimpismo.Tengo muy interiorizado el sentimiento olímpico. Me apasiona.Las otras han quedado postergadas desde el nacimiento de mi hija. Debilidades.No soporto la deslealtad. Depositar la confianza en alguien y que te traicione. Es algo que me subleva. Tal vez no sea una debilidad, pero es algo que no soporto. También, los grandes momentos del deporte, que me hacen llorar. Virtudes. «La honestidad y la coherencia intelectual». Defectos. «Soy muy exigente, virtud transformada en defecto».

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