A. S.
Posee la lengua más afilada a este lado del Manzanares, zona barrio de Salamanca. En la milla de oro madrileña, allá donde abundan los escaparates, vive -sin vivir en ella- Ana Conda. Insobornable cronista de la vida social madrileña, la columnista de M2 ha decidido airear los trapos sucios de su vida, y de las de los otros, en un libro de memorias. Se titula Mi vida en un grito (Temas de hoy) y comparte estanterías en los centros comerciales con los grandes genios de la literatura...
«Todo surgió mientras me comía una lata de mejillones en escabeche. Fue caérseme una mancha naranja en el cruzado mágico y venírseme encima, como si fuera la magdalena de Proust, todos los momentos en que había estado al borde de morir de la hiperventilación. Total que me dije: 'Ana, cari, vives en un grito, bonita...'», recuerda. «Y resulta que me contaron en la pescadería que si plasmo por escrito lo que sufro en mi vida diaria, me da tiempo a reflexionar y racionalizar mi frustración», añade.
«Mi vida en un grito es un libro en el que vuelco todo lo que yo soy». En efecto, en el libro Ana Conda narra la historia de su vida junto a su mummy y su perrita pequinesa, Lady Macbeth; sus relaciones con otros hombres, con el mundo de la farándula, con el petardeo... Por sus páginas desfilan Belén Esteban, Mari Cielo Pajares, Tamara, Pitita Ridruejo... «Mi objetivo es que se me reconozca como el nuevo icono de la posmodernidad. De ahí que mis memorias contengan todos los ingredientes de la serie B e, incluso, serie Z».
«No tengo yo ganas de competir con Matilde Asensi o Angela Becerra. Mi intención es exterminarlas de las estanterías de libros. Estoy dispuesta a extorsionar, mentir y amenazar con un único propósito: ser una best-seller», concluye.
Charle con Ana Conda,
hoy a las 17.00 horas, en
www.elmundo.es
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