XAN RICE. The Guardian / EL MUNDO
Cerca de 400 personas han muerto en combates entre insurgentes y tropas respaldadas por Etiopía en Mogadiscio, capital de Somalia, desde el jueves pasado, de acuerdo con un grupo de Derechos Humanos local. El Comité Internacional de la Cruz Roja, mientras tanto, describió los combates en la capital como los peores de los últimos 15 años.
De acuerdo con datos recogidos en hospitales, cementerios y testigos, la organización de Derechos Humanos Elman informó ayer de que 381 personas han muerto en los enfrentamientos, y 565 han resultados heridos. En el balance no están registradas las víctimas etíopes.
El éxodo también es espectacular. Más de 47.000 personas han dejado la ciudad desde el pasado 21 de marzo, según la agencia de la ONU para los refugiados. Desde el pasado jueves, cuando la ofensiva contra los insurgentes comenzó, se han desplazado unas 10.000 personas. En total, desde febrero han salido de Mogadiscio unas 100.000 personas, según la agencia de ayuda a los refugiados de la ONU.
Además de evitar las balas y los misiles, los somalíes tienen también que esforzarse en contener a los ladrones, el hambre, la sed, y la falta de protección, según las agencias que colaboran con los refugiados. «Vi a un joven al que sacaron de un camión y le mataron delante de todo el mundo», relataba Imam Abukar Abdi Ibrahim, un anciano de un clan de Mogadiscio, tras llegar a Somaliland, una región declarada independiente, según Reuters.
Fuertes combates
Las fuerzas de la guerrilla comprenden a combatientes aliados con el Consejo Somalí de las Cortes Islámicas, milicias que se oponen al gobierno de transición y la ocupación etíope. Armados hasta los dientes, y con el apoyo de los locales, las guerrillas se enfrentaron a los carros de combate que atravesaban las calles y a los helicópteros que abrían fuego con misiles. Decenas de civiles quedaron atrapados en el fuego cruzado.
Varios testigos relataban cómo habían visto a las tropas etíopes desplazándose de Baidoa, capital provisional, hacia Mogadiscio, situada a 248 kilómetros al sureste. Etiopía negó estas informaciones y aseguró que las dos terceras partes de sus efectivos ya habían abandonado el país para dejar paso a una fuerza de paz. El Consejo Somalí de las Cortes Islámicas tomó el control de Mogadiscio en junio del año pasado. Depusieron a una coalición de señores de la guerra y lograron llevar la ley y el orden por primera vez desde los años 90. Pero la agenda extremista de algunos líderes del Consejo, así como el hecho de haber protegido a sospechosos de Al Qaeda vinculados a los ataques de las embajadas de EEUU en Kenia y Tanzania en 1998, alarmaron a la vecina Etiopía. Con la aprobación tácita de Estados Unidos, Etiopía envió tropas para respaldar al Gobierno depuesto refugiado en Baidoa.
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