Por ahora, eso es lo único claro de las cifras de las recaudaciones de los candidatos en el primer trimestre. Porque, si se combina lo que han sacado cada uno -cifras astronómicas incluso para los parámetros de EEUU- y las encuestas, queda una situación francamente incomprensible. Entre los demócratas, Hillary Clinton y John Edwards llevan ventaja a Barack Obama en estados claves en las primarias, como Iowa y New Hampshire. Pero Obama está subiendo como la espuma. Y, a su vez, todos los demócratas son batidos a nivel nacional por los republicanos Rudy Giuliani y John McCain. Pero no son ellos, sino Mitt Romney, los que más dinero están sacando.

En otras palabras: a falta de un año para que las primarias estén decididas, y a pesar del ascenso imparable de Obama, Hillary Clinton sigue siendo la candidata con más posibilidades de lograr la candidatura demócrata... y de ser derrotada por los republicanos. Pero esos republicanos no tienen un candidato claro. Giuliani parece por ahora el que tiene más posibilidades, mientras que McCain, hasta hace unos meses considerado el favorito, está viendo cómo su campaña se desintegra poco a poco. Sin embargo, ninguno de los dos despierta pasiones entre las conservadoras bases de su partido.

Eso abre la puerta a políticos como Tommy Thompson, que acaba de entrar en la carrera, y a Mitt Romney, un conservador de probado pedigrí, cuyo principal problema, a su vez, es que es mormón, lo que de inmediato provoca rechazo en gran parte del electorado. Además, la capacidad de Romney de recaudar fondos no está clara, ya que se ha prestado 6,5 millones de dólares a sí mismo para su propia campaña. Claro que eso no significa nada malo. A fin de cuentas, Michael Bloomberg es alcalde de Nueva York y John Corzine gobernador de Nueva Jersey simplemente porque son multimillonarios que pueden pagar más anuncios que nadie (en el caso de Bloomberg, en las primarias de 2001 a la alcaldía de Nueva York, su presupuesto superó en 50 veces al del siguiente candidato).

Lo único que a día de ayer estaba claro es que, por ahora, la senadora de Nueva York y ex primera dama Hillary Clinton es quien está sacando más dinero. En total, 26 millones de dólares (19,5 millones de euros), casi el triple del anterior récord, de 8,9 millones, logrado por Al Gore en el primer trimestre de 1999.

La campaña de Clinton ha combatido duro en estos tres meses, y ha utilizado al máximo a su principal activo, que no es Hillary, sino Bill, para contrarrestar la creciente capacidad recaudatoria del senador de Illinois Barack Obama. Bill Clinton ha tenido que dejar en suspenso la redacción de un nuevo libro para ponerse a llamar por teléfono a posibles donantes y hasta dar una sesión de gimnasia en Nueva York para recaudar fondos.

Sin embargo, los frutos de ese esfuerzo no están claros. Obama no ha difundido los datos sobre sus finanzas. Pero su campaña filtró ayer que ha conseguido 20 millones de dólares, una cifra impresionante. El senador de Illinois está trenzando una red de apoyo de pequeñas donaciones que complementen lo que puede obtener de la industria del espectáculo y de gente como el financiero y filántropo George Soros.

Claro que John Edwards, que ya fue candidato a la vicepresidencia en 2004, también tiene mucho que decir. Edwards carece de respaldo en Wall Street o en Hollywood, las dos grandes fuentes de financiación de los demócratas. Pero su mensaje populista le ha permitido situarse en un segundo lugar (a falta de los datos de Obama) en cuanto a recursos financieros, gracias a los 14 millones de dólares que ha recaudado en el primer trimestre.

Si las cosas no están claras entre los demócratas, en el campo republicano es el caos. Según las cifras divulgadas ayer, el candidato que más ha sacado es el mormón ex gobernador de Massachussets Mitt Romney, con 20 millones de dólares (15 millones de euros). Eso indica claramente que un conservador como Romney goza del respaldo de las bases del partido, frente a candidatos con más tirón popular, pero situados más hacia el centro, como el ex alcalde de Nueva York, Rudy Giuliani y el senador de Arizona John McCain.

De hecho, McCain no ha dado a conocer el dinero que tiene, lo que ha acrecentado los rumores de que su candidatura, hasta hace poco considerada la que tenía más posibilidades de ganar, se está empezando a desintegrar. Sin embargo, Giuliani aún puede dar la campanada. Porque tiene 14 millones de dólares, de los cuales 10 millones los logró en marzo. Quien peor lo tiene es McCain, con 12,5 millones. Su propia campaña admitió ayer que esa cifra es «un poco decepcionante».