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| Es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos (Epícteto) |
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| EL APUNTE |
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| ERC, constitucionalista |
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de ALEX SALMON
La política catalana se ha situado en el síndrome de la cefalitis.Me recuerda al libro de Oliver Stacks, Despertares, que narra la historia de un investigador -él mismo- que estudia a unos enfermos con el mal de Parkinson. Cuando éste se acentúa, el movimiento continuo tan característico se paraliza. Así está la política catalana, con el mal de una paralización intrínseca que debería dejar de serlo porque la sociedad no se lo merece.Tiene poco sentido que el líder de ERC y vicepresidente Carod-Rovira reclame la total gestión de El Prat a través del tan constitucional artículo 150.2, recurrente siempre. La niña bonita del pujolismo, donde encontró salida a muchas cefaleas y dolores estomacales.Tanto con González, como con Aznar. Después de tres años de debates estatutarios, la propuesta de Carod suena a tomadura de pelo.Éramos unos cuantos, pocos en realidad, los que decíamos que lo del Estatut era una pérdida de tiempo político. Carod, al reclamar un artículo de la Constitución para el traspaso de la gestión del Aeropuerto de Barcelona, demuestra que el texto del 79 no estaba agotado. Nos da la razón.
alex.salmon@elmundo.es
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