LONDRES. - Cuatro ovejas se han quedado preñadas después de que un equipo de científicos suecos extrajese sus úteros y volviese a reimplantárselos con éxito. Los investigadores, que ya ensayaron esta misma técnica en ratones, consideran su trabajo experimental en animales un paso importante hacia la futura aplicación de esta técnica en mujeres estériles. No obstante, los científicos reconocen que el procedimiento deberá salvar aún numerosos obstáculos antes de poder ensayarse en personas.
El profesor Brannstrom y su equipo, de la Academia Sahlgrensla de Gotemburgo (Suecia), llevaron a cabo la intervención en 14 ovejas, extirpando su útero y volviendo a reconectar todos los vasos sanguíneos en su sitio. La mitad de los animales, según informa la cadena británica BBC, sufrieron complicaciones mortales durante el tiempo que duró la investigación, pero cuatro de las ovejas quedaron preñadas con éxito.
A pesar del optimismo por este logro, los propios científicos admiten que aún quedan muchos pasos que dar hasta que pueda plantearse el empleo de esta técnica en mujeres. En primer lugar, por la complejidad de todo el entramado de vasos sanguíneos que deben volver a conectarse en la operación. Además, durante el embarazo, la tensión que tiene que soportar el útero aumenta, con graves consecuencias en caso de que algo fallase.
En el año 2000, médicos saudíes sometieron por primera vez a una paciente a un trasplante de útero procedente de otra mujer. Aunque la receptora llegó a tener tres menstruaciones, al cabo de sólo tres meses hubo que extirparle el órgano por el rechazo de su organismo a su nuevo útero. Precisamente el rechazo es uno de los principales obstáculos que tendría que salvar el trasplante de útero procedente de un donante, en caso de llevarse a cabo el intento.
Como ha señalado Peter Bowen-Simpkins, del Colegio Británico de Obstetras y Ginecólogos, este avance representa un paso adelante en la buena dirección, una prueba de que la intervención puede lograrse en animales antes de intentarlo con mujeres. A pesar de ello, aclara, «no hay muchas mujeres que pudieran beneficiarse de esta intervención. Y tampoco creo que esta operación llegue a ser un procedimiento normal de aquí a 10 años».
Según aseguró Brannstrom al presentar sus trabajos con ratones en el año 2003, el trasplante de útero podría ser la solución para apenas un 3% de mujeres, incluidas aquellas con malformaciones congénitas, las nacidas sin útero y las que tienen un órgano defectuoso a causa de un leiomioma (tumor benigno). A principios de este año, un equipo de médicos de EEUU anunció su intención de llevar a cabo un trasplante de útero con el órgano de una donante fallecida.
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