Con ella, lo que el Gobierno de Rodríguez Zapatero ha representado, en su opinión, es «el apoyo al régimen, a la continuidad del régimen castrista, en lugar de a la transición».

En línea con lo declarado la víspera por el presidente del partido, Mariano Rajoy, Acebes reprochó al titular de Exteriores que acuda a la isla «sin reunirse con la oposición en un momento clave» y «sin exigir respeto a los derechos humanos y la liberación de los presos políticos», entre los que destacó la existencia de «periodistas».

El dirigente popular añadió, además, que esta visita oficial del Gobierno de España contraviene la política acordada frente a la dictadura de Castro en Cuba por parte de la Unión Europea, que, dijo, asiste «atónita» a la actuación del Gobierno español.

En este sentido precisamente, el portavoz adjunto del PP en el Parlamento Europeo, Gerardo Galeote, dirigió una pregunta urgente a la Comisión Europea y a la presidencia alemana de la UE para reclamarles que valoren si los resultados de la visita del ministro español a Cuba se ajustan a la posición común de la UE y a las resoluciones que ha aprobado la Eurocámara.

Según una nota distribuida por el Grupo Popular, la última decisión del Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE sobre Cuba, adoptada en enero de 2005, autorizaba las visitas de «alto nivel» a la isla, pero precisaba que en éstas deberían abordarse «con el Gobierno cubano y con la sociedad civil la situación de los derechos humanos y de los disidentes» y que deberían celebrarse reuniones «con la oposición pacífica», entre ellos los dos premios Sajarov del Parlamento Europeo a los derechos humanos y la Libertad de Expresión, Oswaldo Payá y las Damas de Blanco. A éstas, el régimen de Castro les niega desde 2005 la autorización para recoger el galardón en Estrasburgo.

Por otra parte, el diputado y responsable de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, escribía ayer en su blog que «a Zapatero y a su Gobierno les han tomado el pelo» y que «ellos solos se han metido en la trampa de la dictadura». «Su fascinación por la ingeniería social castrista», añadía, «les ha empujado a ignorar los llamamientos no sólo del PP, sino también de Reporteros sin Fronteras, Amnistía Internacional, el Comité Internacional de Protección de Periodistas y el propio Parlamento Europeo».