J. G. T.
Vamos, que tenemos que ir a trabajar!» rumiaba su desesperación en el interior del garaje uno de los adjudicatarios de los 139 pisos del número 14 de la calle Almonte, en el PAU de Vallecas. Intentaba, vanamente, desde la lejanía y por lo bajini, acelerar el ritmo del séquito municipal. Junto a él, cientos de personas se agolpaban en los bajos del edificio esperando la llave de su sueño. Madres, abuelas, tías, primas... todos estaban invitados al gran día. «Creo que es la primera vez que hacemos una entrega de vivienda en un garaje», comentaba en tono jocoso Ruiz-Gallardón a una audiencia que se había situado a su alrededor. El acto se tuvo que trasladar allí debido a las malas condiciones climáticas. Mientras repetía insistentemente que sería breve, dejaba caer el mensaje: «El Ensanche de Vallecas es una muestra de la fidelidad de la política del Gobierno municipal en materia de vivienda».
El de ayer era el día de la apuesta ecológica urbana. Estas viviendas, construidas por la Empresa Municipal de la Vivienda y el Suelo (EMVS), son capaces de calentar hasta el 75% del agua que consumen gracias a la energía solar. Se trata de viviendas que tienen entre 50 y 86 metros cuadrados, que disponen de entre una y cuatro habitaciones. Como es normal, el precio del piso varía dependiendo del tamaño. Así, el valor va desde los 87.254 euros a 135.463.
El perfil del beneficiario es un joven menor de 35 años (74%) que ha vivido en un piso de alquiler (45%) y cuyos ingresos familiares van de 2,5 a 3,5 veces el Salario Mínimo Interprofesional (52%).
Nuria Cabrera y su chico fueron los afortunados en hacerse la foto con el alcalde, ya que fueron los primeros en recibir su llave. Curiosamente, cumplen escrupulosamente con el perfil medio relatado por el Ayuntamiento. Después de darles la enhorabuena, tocaba seguir el protocolo de visitar el piso. El séquito mediático del regidor le seguía mientras departía con los afortunados. «¡Oiga! Déjeme subir que yo soy la madre», le espetó la madre de uno de los adjudicatorarios a un colaborador del Consistorio encargado de hacer un filtro.
Una vez en la vivienda, tocaba enseñar el piso a los invitados. «¡Bonita casa!», le comentaba el regidor a la angustiada madre de Nuria que no podía disimular su cara de sufrimiento ante el movimiento de un lado para otro de los periodistas. La promoción de viviendas ha costado 11,6 millones y dispone, además, de 141 plazas de garaje.
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