La Fundación para la Cultura del Vino cada vez tiene más adeptos. Emilio Castro, desde su puesto de gerente, sabe que el vino es parte de nuestra herencia, lo que da unidad al Mediterráneo y a la cultura latina. Pero lo que hacen en su trabajo no es promover que nos volvamos todos unos borrachos, sino que disfrutemos de un buen vino y de todo lo que lo rodea. ¡Abajo el garrafón! Otra cosa es que Sanidad haya hecho temblar un poco las últimas semanas a los productores y consumidores del vino...
Pregunta.- ¿Cuánto tiempo tiene la fundación?
Respuesta.- En los papeles, desde el 91, pero funciona desde el 2000. Al principio había un patronato con muchas instituciones, pero eso dificultaba mucho su funcionamiento. En el 97 se cambió el patronato y se hicieron cargo Marqués de Riscal, Rioja Alta, Chivite, Codorniú y Vega Sicilia.
P.- Las grandes bodegas.
R.- El Ministerio de Cultura se quedó como garante para comprobar que la fundación sólo quiere dar a conocer el buen vino, independientemente de si es de una de estas bodegas o no.
P.- El vino es patrimonio cultural.
R.- Sí, y en España hay bodegas centenarias que llevan años haciendo vino de calidad. Hay bodegas muy buenas que en dos años te hacen vinos fantásticos, pero luego decaen. Las bodegas de la fundación respetan mucho su calidad.
P.- No es el mejor momento para conseguir el apoyo institucional... Quizá sea la ocasión para que una fundación demuestre que beber vino no es sinónimo de hacer botellón ni de ser un borracho.
R.- Históricamente, la imagen del borracho ha sido la del tío más denostado, más despreciado, burlado y vilipendiado. Ahora estamos en un punto en que cogerse una cogorza es algo casi hasta gracioso, y eso no lo ha hecho el vino.
P.- Ahora es la época de los destilados.
R.- Hace años no existían en España los destilados, se bebía vino y punto. Pero tampoco es que la culpa del alcoholismo sea de los destilados.
P.- Es un asunto social. Aquí hay cultura del vino, y en Escocia, del whisky.
R.- Lo que sabemos seguro es que una persona que tenga conocimientos sobre el vino, no cae en el consumo abusivo e indiscriminado.
P.- ¿Qué le falta a la gente para saber de vino?
R.- No sé si el problema es que no sepan de vino o que no les guste. Si algo te gusta, ya tienes una base para saber. Pero tener conocimientos no es saber de marcas. Hay que saber de geografía, historia, química... Sin ser un experto, pero hay que tener una base, y tener la mente muy abierta.
P.- Aquí somos un poco chovinistas.
R.- Sí, pero para saber hay que tener muchas referencias. No se puede decir: «A mí sólo me gustan los vinos de la Ribera del Duero». El vino es la bebida más universal después del agua.
P.- Sobre todo en el Mediterráneo.
R.- Sí, pero la primera referencia que tenemos del vino es de China. La segunda, de Persia, y de ahí pasó al Mediterráneo.
P.- ¿Hay mucho desconocimiento?
R.- Sí, el vino tiene su mayor grandeza y su peor miseria juntas. Hay tantas variedades y matices que imposibilitan a una persona normal saber qué vino elegir.
P.- A alguien que se vaya a cenar a un restaurante y quiera elegir un vino sin saber, ¿qué se le puede recomendar?
R.- Depende del sitio. Si hay un sumiller, lo suyo es decirle lo que vamos a comer y dejar que nos recomiende. Si es un buen profesional te dará un buen vino.
P.- A veces, con tal de que no sepa muy duro, ya puede parecer bueno.
R.- Sí, pero no basta. Por ejemplo, esta semana hay una cata en Burdeos de todos los vinos de la campaña de 2006. Son vinos muy duros, con un sabor terrible. Pero son sólo bebés. El que sabe, es capaz de reconocer qué vino será bueno dentro de 10 o 15 años.
P.- Otro tópico: con pescado, vino blanco; con carne, tinto.
R.- Depende de todo. Con pollo, ternera blanca ¿no podría ir mejor un blanco? Con un pescado a la bilbaína o cocinado con pimentón probablemente vaya mejor un tinto joven que un blanco. La respuesta con la que nunca se falla es: «Depende». El vino es el relativismo absoluto.
P.- Lo ideal es...
R.- ...Comer siempre con vino y con agua. Que el vino no se coma al plato ni viceversa. Al beber agua entre el vino y la comida puedes disfrutarlo todo por separado.
P.- ¿Cómo están los vinos de Madrid?
R.- Hay buenos vinos, como en todas partes. Pero hay diferencia entre un buen vino y un gran vino, que es el que puede sobrevivir y mejorar con el tiempo. Para estos últimos, son mejores las zonas frescas.
RETRATO
Origen. Madrid, 1971. Currículo. Es ingeniero agrónomo. En la universidad conoció asociaciones como la Federación Internacional de Jóvenes Amigos del Vino y pasó por el trabajo familiar, que no le convencía. Hizo un máster en marketing, poco después trabajó en una bodega, una consultora... Hasta que se dedicó plenamente a la Fundación para la Cultura del Vino, que organiza cursos, catas y promueve el conocimiento del buen vino. Aficiones. «Montar a caballo por el campo me apasiona». Debilidades. «Comer bien. Me gusta todo, menos el queso de cabra, no puedo con él». Virtudes. «Soy un tío simpático». Defectos. «Tengo un huevo: soy despistado y muy dejado para casi todo».