Con la parábola del buen samaritano como punto de referencia (ésa en la que Jesús proclama «amarás a tu prójimo como a ti mismo»), el Papa hace un análisis crítico del colonialismo occidental en Africa. «La actualidad de la parábola es obvia», asegura el Pontífice en el extracto que ayer publicaba el diario italiano. «Si la aplicamos a las dimensiones de la sociedad globalizada, vemos cómo las poblaciones de Africa que se hallan robadas y saqueadas nos miran de cerca. De esa manera vemos cuán próximas están a nosotros, vemos cómo nuestro estilo de vida, la historia en la que estamos involucrados, las ha expoliado y continúa expoliándolas. Y en eso se incluye sobre todo el hecho de haberlas herido espiritualmente. En vez de darles Dios, el Dios cercano a nosotros en Cristo, (...) les hemos dado el cinismo de un mundo sin Cristo».

Pero el Papa no sólo hace un llamamiento al mundo a comportarse con Africa como un buen samaritano. También anima a los católicos a demostrar un sentimiento de proximidad con otras personas necesitadas. A saber: «Víctimas de la droga, del tráfico de personas, del turismo sexual, personas destruidas en su interior, que están vacías a pesar de la abundancia de bienes materiales». Para el Papa, la gran mayoría de la humanidad es víctima de abusos y de opresiones. Aunque lo más llamativo quizá es observar cómo Benedicto XVI recurre a Karl Marx, el gran teórico del comunismo, para explicar la situación del hombre alienado, abusado y martirizado. «Karl Marx ha descrito de manera drástica la alienación del hombre. Aunque no ha alcanzado la auténtica profundidad de la alienación, porque razonaba sólo en el ámbito de lo material, aún así ha proporcionado una imagen clara del hombre que ha caído víctima de los saqueadores».

Por otra parte, Benedicto XVI ha nombrado al secretario de Estado vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, nuevo camarlengo de la Iglesia Romana, en sustitución del español Eduardo Martínez Somalo.

Bertone tiene 71 años y su elección es considerada como «lógica» por los observadores vaticanos, que consideran que la unión del cargo de Camarlengo y el de secretario de Estado permite al número dos de la Santa Sede gestionar la administración del Vaticano desde que muere un pontífice hasta la elección del nuevo papa. Es precisamente el camarlengo el que se encarga de la administración de los bienes y de los derechos temporales de la Santa Sede desde que muere el Papa y hasta que se elige nuevo Pontífice.

El español Martínez Somalo dejó el cargo de camarlengo al cumplir 80 años el pasado día 31 de marzo, y Benedicto XVI aceptó su renuncia.