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Es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos (Epícteto) |
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Impresiones |
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Irán enseña las garras, Occidente debe ser firme |
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Aunque ninguna de las partes lo ha confirmado, la entrega de prisioneros iraníes en manos occidentales parece estar tras la decisión de Teherán de liberar, ayer, a los 15 marinos británicos capturados doce días atrás por adentrarse supuestamente en sus aguas. Es sintomático que sólo 24 horas después de que fuera puesto en libertad un diplomático iraní que, según las autoridades de este país, estaba en poder de las fuerzas estadounidenses destacadas en Irak, Ahmadineyad anunciara el final de la crisis. En su comparecencia, el presidente de Irán mantuvo el tono provocador y vejatorio que ha manejado desde el inicio de este conflicto. Dijo que había «perdonado» a los marinos, que su puesta en libertad era «como regalo al pueblo británico» y que lamentaba que Londres no fuera lo «suficientemente valiente» para admitir que había violado las fronteras de su país. Todo ello después de haber explotado estos días las imágenes humillantes de los rehenes, obligados a alabar el trato recibido y a cuestionar la política exterior de Blair. Gran Bretaña no quiso entrar en polémicas y se limitó ayer a felicitarse por la liberación de los marinos. Ha conseguido lo que quería: solventar el asunto por la vía diplomática. Ahmadineyad, también: ha enseñado sus garras en un momento en el que está acorralado por la comunidad internacional a causa de su plan nuclear, y le ha salido bien. Habrá que ver hasta dónde lleva el pulso. Por lo pronto, la ONU dará a conocer pronto las sanciones a Irán por su programa de enriquecimiento de uranio. Lo sucedido no le debe hacer temblar el pulso.
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