Jueves, 5 de abril de 2007. Año: XVIII. Numero: 6318.
ÚLTIMAS NOTICIAS TU CORREO SUPLEMENTOS SERVICIOS MULTIMEDIA CHARLAS TIENDA LOTERÍAS
Primera
Opinión
España
Mundo
Ciencia
Economía
Motor
Deportes
Cultura
Comunicación
Última
Índice del día
Búsqueda
 Edición local 
M2
Catalunya
Baleares
 Servicios 
Traductor
Televisión
Resumen
 de prensa
Hemeroteca
Titulares
 por correo
 Suplementos
Magazine
Crónica
El Cultural
Su Vivienda
Nueva Economía
Motor
Viajes
Salud
Aula
Ariadna
Metrópoli
 Ayuda 
Mapa del sitio
Preguntas
 frecuentes
Es un delito renunciar a ser útil a los necesitados y una cobardía ceder el paso a los indignos (Epícteto)
 OPINION
Obituario / ROBERT TAYLOR
Protagonista de un 'Expediente X' británico
FERNANDO MAS

Bob Taylor era un sencillo guardabosques de Escocia. Su vida corría monótona y placentera hasta que hace 28 años se convirtió en protagonista del que se convertiría en el más famoso Expediente X británico. Falleció el pasado 14 de marzo, a los 88 años, a causa de una neumonía. A la tumba se ha llevado un secreto indescifrable aún: ¿fue abducido temporalmente por extraterrestres?

El 9 de noviembre de 1979, Robert Taylor, que trabajaba en la Livingston Development Corporation, salió de su casa a las 10.30 horas junto a su perra, una setter de pelo rojo llamada Lara. Cogió su furgoneta, se dirigió a una finca de Dechmont Law, aparcó y se encaminó hacia una de las colinas.

De pronto, en mitad del campo, se encontró de frente con un cuerpo metálico, de una textura áspera y de formas redondeadas. Ese objeto misterioso, como recordaría después de aquella aventura y demuestran los dibujos realizados por los expertos a los que Taylor contó su historia, tendría unos seis metros de diámetro por 3,5 de alto. De él sobresalía algo así como una corona. A veces se volvía casi transparente, como si quisiera desaparecer de la vista de los humanos y mimetizarse con el entorno.

Cuando Taylor se acercó a la máquina, dos pequeñas esferas -parecían minas submarinas, con pinchos por todas partes- salieron de su panza y, haciendo un ruido extraño, se acercaron hacia él y le engancharon por los pantalones. Taylor percibió un olor fortísimo, asfixiante y un sonido agudo y tuvo la sensación de que lo llevaban hacia la nave. Perdió el conocimiento. De lo que pasó desde que lo invadieron esas sensaciones hasta que volvió en sí con un fuerte dolor de cabeza y con un sabor amargo en su boca, nada se sabe. Su perra, recuerdan ahora los periódicos, ladraba alrededor de él sin parar. ¿Se lo habían llevado los alienígenas?

En esas condiciones, aturdido, intentó llegar como pudo a su furgoneta y trató de ponerla en marcha. Fue imposible. Tuvo que caminar más de un kilómetro y medio hasta su casa, en Livingston. Cuando lo vio, su mujer casi se desmaya. Sucio, con rasguños... Llamó al médico, a la policía. Los investigadores no tomaron a Taylor por un loco. Todo lo contrario. Hasta tal punto le creyeron que volvieron con él al lugar exacto en que el guardabosques había vivido su experiencia paranormal.

Cuando llegaron, la nave nodriza y las esferas que lo atraparon ya no estaban allí, pero sí había marcas de su presencia en el suelo. La hierba estaba aplastada, pero la tierra no había sido removida, como si algo hubiera flotado sobre ese espacio pero jamás se hubiera posado. Había, además, 40 pequeños agujeros. Quizá las marcas de esa suerte de minas submarinas que lo agarraron por los pantalones.

¿Y Taylor? Apenas presentaba unos arañazos en las piernas y en la barbilla. Lo que más sorprendió a los médicos y a los policías es que su pantalones estaban rasgados a la altura de los tobillos. La policía nunca pudo explicar lo ocurrido. Se declaró entonces desconcertada por lo que encontró y por el relato del forestal. El caso se trató como una agresión, y nunca se pudo cerrar. En teoría, la investigación no ha concluido y sigue abierta.

Taylor no era un hombre precisamente dado a las fantasías. Pese a ello, los vecinos se mostraron incrédulos ante la extraña aventura del guardés, que terminó por irse de Livingston.

Robert Taylor, guardabosques, nació en Livingston (Escocia) en 1918 y murió el 14 de marzo de 2007.

recomendar el artículo
portada de los lectores
copia para imprimir
Información gratuita actualizada las 24 h.
 SUSCRIBASE A
Más información
Renovar/Ampliar
Estado suscripción
Suscríbase aquí
Suscripción en papel
  Participación
Debates
Charlas
Encuentros digitales
Correo
PUBLICIDAD HACEMOS ESTO... MAPA DEL SITIO PREGUNTAS FRECUENTES

elmundo.es como página de inicio
Cómo suscribirse gratis al canal | Añadir la barra lateral al netscape 6+ o mozilla
Otras publicaciones de Unidad Editorial: Yo dona | La Aventura de la Historia | Descubrir el Arte | Siete Leguas

© Mundinteractivos, S.A. / Política de privacidad