La ausencia de Rafael Nadal condiciona de manera extraordinaria el enfrentamiento que protagonizarán desde hoy, en la vertiginosa cancha de Winston Salem (Carolina del Norte), España y Estados Unidos. Tommy Robredo, número uno español, y James Blake, segundo jugador norteamericano, abren (20.00 h., La 2) la eliminatoria. A continuación, será Fernando Verdasco (35º del mundo), y no David Ferrer (16º), como dictaba el escalafón, quien se mida con Andy Roddick, líder del equipo que capitanea Patrick McEnroe.
Si las posibilidades eran relativas incluso con la presencia de Nadal, se adivinan escasas sin su concurso. El combinado de Emilio Sánchez Vicario deberá hacer frente a Andy Roddick, con la superficie a su medida y un historial bastante saludable en la competición; a James Blake, noveno del mundo pese a su irregular trayectoria en los últimos meses, y a los hermanos Bryan, segunda pareja del planeta, con tan sólo una derrota en los 11 partidos con la camiseta del imperio.
Pese al agujero que produce la baja de Nadal, vencedor de Roddick en los cuartos de final de Indian Wells y sumamente competitivo sea cual sea el escenario, España presentará un conjunto cualificado. Tommy Robredo es el sexto tenista del planeta, por mucho que sus resultados en un torneo tan especial como éste dejen mucho que desear. David Ferrer aparece 16º, y hace rato que traspasó las lindes del especialista en tierra batida. Pese a ello, el capitán español ha preferido que sea Verdasco el encargado de disputar hoy el segundo individual. La decisión no carece de lógica. El madrileño es un excelente sacador, un hombre con las condiciones innatas para desenvolverse con cierta naturalidad en la superficie elegida por los anfitriones.
Formidable en Ginebra.
Del lado del zurdo está también el rendimiento contra Suiza, choque en el que se hizo con los tres puntos. Tiene, eso sí, 5-2 en contra en los duelos previos, y tres derrotas en las últimas citas, todas ellas en superficie rápida. No es favorito, como tampoco lo sería Ferrer, 2-1 abajo en los precedentes. Como no lo sería nadie en estas circunstancias, excepción hecha de Federer.
«Fernando ha estado entrenando muy bien durante estos días, se ha adaptado muy bien a la pista, y en todos los partidos que ha jugado con anterioridad frente a Andy Roddick siempre ha dado un gran nivel y le ha ganado en alguna ocasión», argumenta Sánchez Vicario. El elegido valora así la noticia: «Siempre he jugado muy buenos partidos ante él. Hay tenistas con los que uno siempre tiene buenas sensaciones y otros que no se te dan bien, y para mí Roddick es de los primeros. Si juego bien tendré mis opciones de vencer».
Patrick McEnroe ha cuestionado el alcance de las dolencias de Nadal, que se excluyó del equipo español debido a los recurrentes problemas en el pie izquierdo, que se agravan sobre pista dura. «No está lesionado, se retiró porque se jugará en este país», sostiene el capitán estadounidense.
Andy Roddick, a salvo de la contractura muscular en el muslo izquierdo que le obligó a abandonar en Cayo Vizcaíno, será el gran activo de los anfitriones. Su formidable servicio encontrará un territorio idílico, un piso donde la pelota apenas se levanta. «Le he dicho al capitán que estoy comprometido con la Copa Davis siempre que me quiera aquí», afirma.
Con 31 títulos y 29 finales, los norteamericanos están a la cabeza de la competición. No obstante, su última Ensaladera llegó en 1995, y la final más reciente data de 2004, precisamente ante España, en la eclosión de Nadal. Campeona también en 2000, España necesita demostrar su fortaleza lejos de la arcilla. Salió adelante en ocasiones puntuales, como ante Chequia, en la primera ronda, en 2004, y viene de hacerlo contra Suiza. Lograrlo ahora, ante semejante adversario y sin su mejor jugador, sería poco menos que heroico.