MARCOS IRIARTE
BILBAO.-
«En este caso, el orden de los factores altera totalmente el producto». Lo advirtió ayer la secretaria del Euskadi Buru Batzar (Ejecutiva) del PNV, Josune Ariztondo, antes de desgranar el modo con el que su formación pretende convertir, a través de un acuerdo, la actual situación de impasse en un «dique de contención para la violencia y en un proceso para la paz».
Los pasos para lograrlo, que serán expuestos el domingo por el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, en el Aberri Eguna (el Día de la Patria Vasca), pasan por conseguir acuerdos en torno «al rechazo del terrorismo y la violencia, la solidaridad y el apoyo a las víctimas y el discurso de deslegitimación del terrorismo, que no es consecuencia natural del contencioso político».
Una vez que estos acuerdos sean una realidad, y con el «dique» ya levantado, el PNV cree que el País Vasco podrá empezar a prepararse «para abordar el final dialogado de la violencia»; eso sí, recordó Ariztondo, siempre que se den primero «las condiciones» para ello y ETA haya mostrado «una voluntad inequívoca de poner fin definitivamente a su actitud violenta».
Este esquema no significa que los jeltzales renuncien a la fórmula del pacto entre partidos en aras de alcanzar la llamada normalización política.
El domingo Imaz defenderá, una vez más, su intención de «pactar» con España, de igual a igual, «un sistema de bilateralidad efectiva», convencido de que el País Vasco es «una nación que no está dispuesta a someterse a nadie». Es decir, «un autogobierno» como el que defiende el plan Ibarretxe.
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