ZARAGOZA.-
Los vecinos de la localidad de Alfajarín (Zaragoza) decidieron ayer abandonar el municipio voluntariamente tras conocer la rotura de una mota de defensa por la crecida del río Ebro.
Por culpa de la rotura del montículo de tierra levantado en la margen izquierda para impedir que pasara el agua, el río inundó varios campos cercanos. Ante la posibilidad de que el agua pudiera llegar a una urbanización del municipio, una veintena de vecinos la abandonó por sus propios medios, según informó la Delegación del Gobierno en Aragón.
Asimismo, en la madrugada de ayer, Protección Civil desalojó a unos 70 vecinos de Pradilla de Ebro por temor a la rotura de otra mota. Algunos se desplazaron a la ciudad en coches particulares para realojarse en casas de amigos y familiares. El Gobierno regional también trasladó a 30 ciudadanos en autobús hasta el polideportivo de la localidad de Tauste. Las personas impedidas fueron llevadas en dos ambulancias y en una UVI móvil. Todos volvieron ayer a sus casas.
La preocupación con la que los zaragozanos aguardaban la punta de la crecida del Ebro se diluyó al comprobar que el máximo caudal (2.256 metros cúbicos por segundo y 5,16 metros de altura) de esta avenida extraordinaria atravesó Zaragoza sin haber causado graves afecciones.
La causa de que la riada haya tardado más de lo previsto en pasar es que, al haberse producido dos avenidas consecutivas, la actual crecida ha adquirido la forma de una meseta. Protección Civil mantuvo el aviso en Aragón, Cataluña y Navarra y el nivel dos de alerta permanecerá hasta mañana.
|