LONDRES.-
Las eventuales imputaciones en el escándalo de venta de títulos honoríficos a cambio de créditos millonarios al Partido Laborista tendrán que esperar seguramente hasta que Tony Blair dimita como jefe del Gobierno británico, lo que ocurrirá a mediados de año, según él mismo ha prometido.
Eso es lo que aseguraba ayer el vespertino Evening Standard, según el cual la Policía Metropolitana da ya los últimos toques al informe que ha preparado sobre el caso, tras entrevistar como testigos o sospechosos al propio Blair y algunos de sus íntimos colaboradores. De acuerdo con el diario, no se espera que la Fiscalía de la Corona tome la decisión definitiva de presentar o no cargos hasta que el actual premier anuncie la fecha de su salida del número 10 de Downing Street, lo que podría ocurrir algunos días después de las elecciones municipales y autonómicas del 3 de mayo, que se considera que serán desastrosas para los laboristas.
Aunque se cree que la Fiscalía anunciará este mismo mes que ha recibido el informe completo de Scotland Yard, los fiscales opinan que necesitarán varias semanas para estudiarlo y ver si hay materia suficiente para imputar a alguien, informa Efe. La investigación comenzó el año pasado, después de que Blair se viese acusado de haber ofrecido títulos de lord a cuatro empresarios multimillonarios que ayudaron a financiar la campaña laborista para los comicios de 2005 con créditos blandos y no declarados, frente a lo que establece la ley electoral.
La policía cree que hay pruebas suficientes para imputar a algunas personas por violación de la ley de 1.925 contra la corrupción electoral y también por posible obstrucción a la Justicia, aunque no ha revelado hasta ahora quiénes entre los sospechosos pueden verse afectados. El principal recaudador de fondos del laborismo y amigo personal de Blair, lord Levy, y una ayudante del primer ministro llamada Ruth Turner han sido interrogados bajo sospecha en relación con este caso.
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